«Ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor(1 Corintios 13:13).

La espiritualidad constituye un poderoso recurso para soportar la enfermedad física, afrontar traumas psicosociales o superar duras crisis. Pero la misma pierde su eficacia, si no se fundamenta sobre principios sólidos y eternos. De manera muy sintética podemos decir que la salud espiritual depende de dos principios básicos, el amor a Dios sobre todas las cosas y el amor al prójimo como a uno mismo. Ambos principios son importantísimos, pues están íntimamente relacionados con nuestra felicidad.

Nicholas Winton era un agente de bolsa en Londres hasta que un día de diciembre de 1938, visitando Praga (República Checa), se percató de las condiciones infrahumanas en la que vivían miles de judíos, incluyendo mujeres y niños. El impacto profundo causado por el sufrimiento ajeno, lo llevó a elaborar un plan para rescatar a tantos niños judíos como fuera posible, contactando a personas dispuestas a recibir a estos niños a través de las iglesias, sinagogas y embajadas de Suecia y Gran Bretaña. Gracias a la intervención de Winton, cientos de niños encontraron refugio entre marzo y agosto de 1939. La historia permaneció encubierta durante casi cincuenta años, cuando un día de 1988, su esposa Grera encontró en el desván de su casa un maletín con una lista de seiscientos sesenta y nueve niños, junto con algunas fotos y varias cartas de sus padres. Tal descubrimiento provocó que Winton tuviera que revelar lo que había sucedido décadas atrás, siendo posteriormente honrado con los títulos de Caballero por sus servicios a la humanidad en Reino Unido; y de Liberador de la ciudad de Praga, además de recibir otros reconocimientos y condecoraciones.

Más allá de los efectos saludables que estas acciones puedan tener sobre una persona, ¿no crees que estas, por sí mismas, justifiquen la existencia? ¿No es inspirador pensar que en tus manos tienes el potencial de colaborar con el alivio del sufrimiento humano, cualquiera sea la situación? Si un agente de bolsa fue capaz de sensibilizarse así por unos niños desconocidos, poniendo en riesgo su propia vida, ¿te imaginas lo que puedes hacer tú, si te pones en las manos de Dios?

El efecto de resistir a las enfermedades o recuperar la salud a través del altruismo, y de la experiencia de amar y ser amado por otros (incluyendo a Dios), tal vez no sea notorio de manera inmediata; pero sus resultados en el tiempo son ciertamente impresionantes.

Nicholas Winton, superó los ciento cinco años de edad, gozando de buena salud. La Biblia enseña que los efectos del amor alcanzan la eternidad.