Martes 27 de Diciembre – Preparar lugar – Devocional para Jóvenes

En la casa de mi Padre hay muchos aposentos. Si así no fuera, ya les hubiera dicho. Así que voy a preparar lugar para ustedes (Juan 14:2).

¿TUVISTE LA OPORTUNIDAD DE DARLE UNA SORPRESA a una persona que amabas? ¿Qué sentiste mientras la preparabas? Días antes de mi casamiento me propuse darle una sorpresa a Silvana, mi futura esposa. Todo lo que tenía que hacer en el área de carpintería se había terminado, y el departamento había quedado completamente sucio y lleno de tierra. Faltaba colocar la alacena, el lavarropa, ubicar el refrigerador y otros detalles para la decoración de los ambientes. Ella se despidió esa tarde diciendo en voz alta lo que tendremos que hacer al día siguiente, y así concluyó su día de actividades en nuestro futuro hogar.

Mi hermano Santiago, que había llegado en esos días por motivo del casamiento, me ayudó a hacer realidad la sorpresa y desde temprano en la tarde, durante toda la noche y hasta la mañana siguiente estuvimos trabajando para que el departamento estuviera limpio y ordenado. Con paciencia me ayudó a instalar la alacena, cada uno de los muebles ya limpiar para que el lugar fuera habitable.

Todavía recuerdo el rostro de Silvana al llegar y la alegría que sintió al ver que no hacía falta trabajar, ya todo estaba hecho.

Cuando Jesús se despedía de sus discípulos en la última cena, les aseguró que iría al cielo a «preparar lugar para ellos y para cada uno de sus hijos. Ese lugar celestial sería tan fascinante y hermoso que Pablo aseguró: «Cosas que ningún ojo vio, ningún oído escuchó, ni han penetrado en el corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que lo aman» (1 Cor. 2: 9). Si bien hay descripciones bíblicas de lo que recibiremos en el paraíso restaurado, ninguna mente mortal, por más prodigiosa que sea, podrá imaginar las moradas eternas que Jesús nos dará cuando regrese al mundo.

Pero de todos los regalos, bendiciones y sorpresas que recibiremos, la más sorprendente y fascinante, será mirar a Jesús cara a cara y contemplarlo por la eternidad. ¡Qué hermoso será mirar nuestro rostro reflejado en los ojos de Jesús!

Querido lector: estamos en las últimas horas de la historia de este mundo y Jesús volverá para terminar con estos largos siglos de pecado. Vendrá para unirse con su pueblo y vivir junto a los que redimió con su propia sangre. Porque te ama, Cristo está preparando un lugar para ti en las mansiones eternas. Cada día renueva tu pacto de amor con él y las promesas de salvación serán una realidad en ti.

Radio Adventista

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