Miércoles 27 de julio – Las necesidades de él y las de ella – 1

Miércoles 27 de julio – Las necesidades de él y las de ella – 1 

«El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor». 1 Corintios 13: 4, 5

UNA VEZ KAREN Y YO decidimos predicar un sermón juntos, al final de una serie dedicada a la vida conyugal. Todo predicador sabe que su cónyuge toma apuntes cuando el tema es el matrimonio. Alguien me envió una viñeta de un pastor y su esposa volviendo a casa después del oficio religioso en la iglesia, subidos en su automóvil. Ella está mirando garbosamente por la ventana, con el brazo apoyado sobre el asiento del automóvil, una imagen de despreocupación. Él está agarrado al volante, con la corbata aflojada, mirando al frente con enfado, con consternación en todo su semblante. Habla él: «¿Te has parado a pensar cuánto más efectivo habría sido mi sermón si no hubieses gritado “¡Ja!”?». Por eso sabía yo que teníamos que predicar aquel sermón juntos. Compartimos cinco secretos sacados de un libro que ha sido una inmensa bendición para nosotros: His Needs, Her Needs: Building an Affair-proof Marriage [Las necesidades de él y las de ella: Construyendo un matrimonio a prueba de líos amorosos], de Willard F. Harley, Jr. Considera tú mismo estas cinco necesidades prioritarias en la comunidad del matrimonio.

  • Harley identifica la necesidad número uno de una esposa: el afecto. «Cuando un esposo muestra afecto a su esposa, le envía los siguientes mensajes: Te cuidaré y te protegeré. Eres importante para mí, y no quiero que te pase nada. Me preocupan los problemas a los que te enfrentas, y estoy contigo. Creo que has hecho un buen trabajo y estoy orgulloso de ti» (p. 33). He leído que la relación mutua de una pareja los primeros cuatro minutos de la mañana y de la noche marcan la agenda de todo su tiempo juntos.
  • La necesidad número uno de un esposo, según Harley: la satisfacción sexual. No es ninguna sorpresa: los hombres somos criaturas sexuales. ¡Lee el Pentateuco! «Cuando un hombre escoge a una esposa, promete serle fiel de por vida. Esto significa que él cree que su esposa será su única pareja sexual “hasta que la muerte nos separe”. Él adquiere este compromiso porque confía en que ella esté interesada sexualmente en él como él lo está en ella» (p. 43).
  • Basándose en años de atención a parejas, Harley identifica las necesidades número dos como la conversación para la esposa y la compañía recreativa para el esposo. Hablar y jugar el uno con el otro. Así nos cortejamos, así nos conservamos el uno al otro. No hay que ser de la NASA para entender estas listas de Harley. Es el amor ataviado en ropa de andar por casa, celebrando el don divino de tu amiga más íntima.
Radio Adventista

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