Jueves 17 de Junio – Dejando la murmuración y la crítica – Matinal Jóvenes

Muchos murmuran, y puedo oír que dicen: «¡Denunciamoslo! ¡Denunciamos al que grita “Terror por todas partes”!» Todos mis amigos esperan verme claudicar. Hasta dicen: «Tal vez podamos engañarlo. Así lo venceremos y tomaremos de él venganza» (Jeremías 20:10).

JEREMÍAS LLEVÓ ADELANTE SU MINISTERIO PROFÉTICO en medio de una tremenda oposición. Muy pocos deseaban escuchar sus mensajes, porque el rey, muchos de los nobles y gran parte de los hombres más destacados de Israel fueron crueles opositores a su ministerio.

A través del versículo de hoy, que está en el contexto de un lamento que Jeremías le dirige a Dios, podemos notar que la murmuración y el mensaje que transmitía, lastimaba profundamente al fiel profeta. ¿Qué es murmurar? Son palabras que se dicen «entre dientes», en voz baja, de boca a oído, para criticar a alguien, señalar su falta o menospreciarlo por alguna razón. La murmuración dicha contra Jeremías lo denuncia como un traidor a la nación, (ya que predecir males futuros era atacar contra el país), y acarreaba una gran oposición y deseos de venganza.

Así como ocurrió en el pasado con el pueblo de Dios, en la actualidad la murmuración y la crítica también están en labios de hombres y mujeres inconversos. Señalan faltas, exageran situaciones, realizan comentarios hirientes, ponen en duda la buena voluntad de otros y proyectan su propia pecaminosidad sobre la vida de los demás. Moisés, Jeremías, Daniel, Pablo y hasta el propio Jesús debieron soportar las críticas y las murmuraciones, aunque sus vidas fueron modelos de santidad para el mundo entero.

Y en tu caso, ¿sueles criticar a los demás? ¿Realizas murmuraciones y comentarios en voz baja para denigrar la imagen de otros? Aunque hables la verdad, ¿eres consciente que al criticar y murmurar estás haciendo la obra del diablo?

A fin de ayudarnos para erradicar la murmuración y la crítica, Elena G. White declara: «El talento del habla es maravilloso. Cuanto más sería Dios glorificado, mediante palabras agradables en relación con su herencia comprada con su sangre, que con la crítica. Habrá nubes; los enemigos de la verdad pronunciarán discursos que opriman al justo; pero no permitir que los creyentes pronuncien palabras arrogantes ni acusadoras, unos contra otros […] Que Dios nos ayude a tener en mente lo duro que es ser tentados, y que nuestros propios hermanos se pongan del lado del demonio, y traten de herir y destruir. Cuando se vea tentado a hablar palabras de crítica, empiece a cantar, “Alabadle, fiel Salvador compasivo”» ( La voz: su educación y uso correcto , p. 167).

Radio Adventista

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