Lunes 7 de noviembre. Devocion matutina damas – “Literatura de la buena”

Lunes 7 de noviembre. Devocion matutina damas – “Literatura de la buena”

«Toda la Escritura es inspirada por Dios» (2 Tim. 3: 16, RV95).

“Un amplio conocimiento de la Biblia vale más que una carrera universitaria”. Roosevelt

BENJAMIN FRANKLIN (1705-1790), uno de los Padres Fundadores de los Estados Unidos, fue ridiculizado en París por defender la Biblia y manifestar abiertamente su creencia en ella. Motivado por aquella experiencia, se decidió a poner a prueba a aquel público, para que se dieran cuenta de que se estaban oponiendo a algo que, en realidad, no conocían. Así que acordó una nueva reunión, bajo el pretexto de que había escrito un relato y quería la opinión de aquellos hombres «cultos». Franklin les leyó el relato de Rut y, cuando terminó, todos estaban entusiasmados, diciéndole que debía publicarlo. «Ya está publicado —dijo Franklin—, en la Biblia; esa que ustedes se empeñan en ridiculizar».

La Biblia contiene libros de verdadera belleza literaria. Desde la poesía del Antiguo Testamento, pasando por los valiosísimos refranes y dichos de sabiduría de Proverbios y por los hermosos himnos de Salmos, la Biblia contiene mucho más que una serie de mandamientos y ordenanzas para vivir una vida en sintonía con la voluntad de Dios.

En las Sagradas Escrituras se registran relatos de la mayor talla literaria, como el de Rut, donde la amistad, el amor, el dolor por la pérdida, la emigración o la bondad de un jefe son protagonistas; o el de José, lleno de intrigas, a la altura de las mejores películas de Hollywood, y con un final espectacular, En ella está también la increíble biografía del padre de la fe, Abraham; las peripecias del rey David, hombre perfecto según el corazón de Dios; el exquisito relato de la Creación presentado en el libro de Génesis; o las cartas de Pablo, que nos enseñan a apreciar el maravilloso género epistolar. Y qué decir de las parábolas, esa forma tan sencilla de declarar las grandes verdades del reino de los cielos. ¿Acaso no sigue estando hoy de moda enseñar de esa manera tan literaria y sutil

Leer es un placer, y leer las Sagradas Escrituras es uno de los mayores placeres de la vida. En ellas no solo se llega a conocer al verdadero Dios y a su Hijo, que dio su vida para rescatarnos, sino que también se encuentra una belleza literaria de la más alta categoría. Querida amiga, no te la pierdas. Un poquito cada día y tu sensibilidad se desarrollará al máximo.

 

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