“Cuando llego a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos tenían miedo de él, porque no creían que de veras fuese discípulo. Entonces Bernabé lo tomó a su cargo y lo llevó a los apóstoles” (Hechos 9:26, 27, NVI).
Hoy veremos la importancia de las segundas oportunidades. Las personas que dan este tipo de oportunidades se caracterizan por tener valores como la solidaridad, la tolerancia y el optimismo, entre otros.
En la Biblia nos encontramos con la poco conocida historia de Bernabé. En realidad, la historia no es desconocida, pero este personaje cumplió un rol muchas veces secundario, aunque fue instrumento de Dios en varios momentos cruciales.
Después de la conversión de Saulo, los judíos no querían saber nada de él y planificaron hacerlo desaparecer. Todos le tenían miedo y dudaban de sus intenciones. Pero Bernabé lo llevó consigo, y ahí las cosas cambiaron. Esto le dio más confianza y credibilidad a Pablo.
Quizá conoces a alguien que tiene un testimonio poderoso que contar pero, por prejuicios, no está siendo bien recibido en tu iglesia. Tú puedes ser ese agente que lo presente y acompañe en esta nueva etapa. Puedes ser un instrumento en las manos de Dios.
También nos encontramos con la historia de un pastor escocés desanimado, que no había logrado que en su iglesia se encendiera el fervor por el evangelio. Sus sermones parecían no surtir efecto y varios dirigentes lo estaban juzgando severamente. Sin embargo, un niño se acercó y se ofreció para trabajar para Dios. Le dijo que quería ser un predicador al crecer y este pastor recobró fuerzas, lo preparó en el ministerio y lo vio convertirse en un poderoso orador que luego sirvió como misionero varios años en Sudáfrica y fue el primer traductor de la Biblia al setsuana. Además, tan inspirador fue su testimonio que su yerno, David Livingstone, tomó la antorcha del evangelio y la llevó como misionero a varios otros países de África, en una época de graves enfermedades y esclavitud.
Robert Moffat habló con tanto fervor que convenció a este preparado hombre para que conquistara corazones para el reino de los cielos en lugares donde nunca se había hablado de Dios.
Quizás hoy tú también puedes contagiar con tu fervor a otras personas que tomarán decisiones de grandísimo alcance, aún desconocido para ti; un alcance que solo está en la mente divina.
No subestimes tu influencia, la oportunidad que le puedes brindar a las demás personas, y la certeza de que puedes ser un instrumento en las manos de Dios.