Miércoles 11 de Mayo – La amistad en la familia – Matinal Jóvenes

Hay amigos que no son amigos, y hay amigos que son más que hermanos (Proverbios 18:24).

MUCHOS DE LOS PROBLEMAS QUE SURGEN EN LA FAMILIA son porque no existe una verdadera amistad entre sus integrantes. La falta de comunicación, la agresión psicológica, el aislamiento, las frustraciones y los celos son factores que alteran la convivencia hogareña y frustran cualquier intento de amistad.

Los cónyuges que manifiestan amor en todas las órdenes y se consideran amigos, están más capacitados para enfrentar las pruebas y los problemas de la vida y salir victoriosos, que aquellos que viven en la indiferencia o prefieren guardarse para sí mismos sus sentimientos.

De igual manera, aquellos padres que se preocupan por tender lazos de amistad con sus hijos, lograrán que éstos escuchen mejor sus consejos y sabrán cómo enfrentar las crisis que les sobrevengan mientras van superando etapas. La personalidad y la crianza recibida contribuye a engrandecer o menoscabar la amistad con los hijos, pero la indiferencia emocional hacia ellos los llevará a buscar amistad fuera del hogar, y estas no siempre tendrán principios sanos para guiarlos. «En diciembre de 2006, una encuesta en Estados Unidos realizada por VitalSmarts reveló que la mayoría de los padres (57%) admite tener dificultades para hablar con sus hijos adolescentes sobre temas que les preocupan. Es más: el 74% de los padres confiesa que no logra que sus hijos les contesten preguntas y ni siquiera pueden saber si los escuchan cuando les hablan» (Alejandra Folgarait, En trance: todo lo que querés saber sobre drogas de diseño, pp. 155-156).

Dentro de tu familia: ¿Eres amigo/a de tu cónyuge? ¿Puedes abrirle el corazón y contar tus secretos más íntimos porque él o ella son una fuente de amistad? ¿Te consideran tus hijos su amigo y confidente o ignoras su vida íntima y personal?

El proverbio de este día contiene un mensaje sublime: «Hay amigos más que hermanos». Mostrar interés, aceptación y deseos de escuchar a la otra persona favorece enormemente el vínculo de amistad, y la amistad dentro del hogar fortalece la unión de sus integrantes.

Jesús, el Hijo de Dios, mostró ser el amigo más grandioso que tuvo la humanidad, ya que nadie tuvo «mayor amor que este, que es el poner su vida por sus amigos» (Juan 15: 13), y Jesús ofrendó su vida porque nos considera sus amigos. Él es nuestro gran ejemplo para profundizar los lazos de amistad dentro de la familia.

Radio Adventista

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