Jueves 19 de enero. Matutina para damas – “Un día regresaré a mi hogar”
“Tú formaste mis entrañas; me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré, porque formidables y maravillosas son tus obras” (Sal. 139:13,14).
Una vieja canción me daba vueltas en la cabeza. Era un tema de música góspel, esa que se originó durante los tiempos de la esclavitud en los Estados
Unidos. La frase que más se repetía decía: “A veces me siento como un niño sin madre, muy lejos de mi hogar”. En realidad, era un lamento, pero me sonaba como un canto fúnebre. Sus tonos bajos y su letra solemne me transportaban a un lugar de tristeza, pérdida y desesperación. Creo que viajé interiormente a ese lugar llamado desesperación, en alas de ese canto.
Pero recientemente me he dado cuenta de que no era la canción la que me transportaba a ese lugar. De hecho, más bien, fue la canción la que me llevó a darme cuenta de que yo estaba a punto de hundirme en lo más hondo. La canción fue una advertencia para mí, que me sirvió de corrección. Me mostró que estaba a punto de permitir que la vida me aplastara y que olvidara a quién pertenezco. En realidad, esa canción fue el sermón que necesitaba en aquel momento.
La música góspel, lejos de hundir en la tristeza, tiene como objetivo infundir esperanza y aliento. Aunque tal vez no sea tan evidente en un primer instante, ese es, en realidad, el objetivo de la música góspel. Esas canciones son como “parábolas” musicales. Aunque, paradójicamente, parecen un canto de desesperación, en realidad esconden un mensaje de esperanza, fortaleza y fe en el Señor.
La frase “a veces me siento como un niño sin madre, muy lejos de mi hogar”, realmente me está diciendo: “Aunque parezca que no tengo hogar ni raíces, en realidad vengo de Dios, y tengo un hogar maravilloso lejos de aquí, lejos física y mentalmente, de este mundo de sufrimiento”.
La música góspel me dice que mi esperanza está en confiar en que algún día regresaré a mi Patria, el Hogar celestial.
Todas tenemos un hogar lejos de aquí; y la esperanza de cada hija de Dios es ir allá pronto. Si somos fieles, llegaremos algún día.