Martes 20 de diciembre. Matutina para damas – “Cumple tu sueño”

Martes 20 de diciembre. Matutina para damas – “Cumple tu sueño”  

«El deseo cumplido endulza el alma, pero el necio detesta alejarse del mal» (Prov. 13:19, NVI).

“La sabiduría es tener sueños grandes para no perderlos de vista mientras se persiguen”. William Faulkner

EN UNA ENTREVISTA concedida al canal chileno Nuevo Tiempo en 2007, el pastor Alejandro Bullón comenta cómo, desde la edad de once años en que pudo ver en directo a Billy Graham predicando en el Estadio Nacional de Lima, comenzó su sueño de que la Iglesia Adventista pudiera hacer evangelismo de masas. Cuando era director de Jóvenes en Brasil retomó ese antiguo sueño y presentó un proyecto ante la Junta de la Unión. Llevarlo a cabo requería cien mil dólares, que no tenían.

Lejos de desanimarse, el pastor Bullón se sentaba cada tarde ante el estadio, y se imaginaba a miles de personas respondiendo al llamado a acudir a los pies de Jesús. Una de esas tardes, un taxista se paró frente a él y le preguntó qué hacía. «Sueño con ver el estadio lleno de personas respondiendo al llamado de la fe», le dijo él. «¿Y por qué no lo hace realidad?», comentó el taxista. «Porque no tengo dinero». El taxista se echó la mano al bolsillo y le dio un dólar. «No has entendido —comentó Bullón—, lo que necesito son cien mil dólares». «Usted es el que no ha entendido, ahora solo necesita 99.999 personas que le den un dólar».

Aquel taxista desconocido lo citó para el sábado siguiente, en la iglesia a la que él asistía. Lo presentó a un grupo de personas y le pidió que contara su sueño. Después le pidieron que saliera. Diez minutos más tarde, el taxista salió a buscarlo. Sobre la mesa había cheques por el valor de cien mil dólares. «Pastor, cumpla su sueño», le dijo el hombre. Y fue así como se realizó la primera campaña de evangelización adventista a la que asistieron más de veinticinco mil personas. Un hito en la historia de nuestra Iglesia, alcanzado en agosto de 1987.

Sueña para la honra y gloria de Dios. Sueña con llevar a la gente que sufre el consuelo que necesita; con presentar a quienes tienen un gran vacío, a aquel que puede calmar la sed de su alma; con agitar este mundo a fin de prepararlo para la segunda venida; con ser utilizada por el Espíritu Santo, a menor o mayor escala, para llevar salvación. Pon tu vida en armonía con Dios, y después, espera que tu sueño se cumpla.

 

Radio Adventista

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