Martes 30 de Agosto – Servicio de campo – Devocional para Jóvenes

Nuestro querido hermano Tíquico, fiel ministro y consiervo en el Señor, les llevaré noticias mías (Colosenses 4: 7).

EL TEMPLO DISTABA A 40 MINUTOS DE MI HOGAR, así que salí, como de costumbre, una hora antes para llegar bien temprano. No todo salió como esperaba. Esa tarde llovía torrencialmente, y hubo un grave accidente en la autopista que me llevó a la iglesia. Con nerviosismo vi que los minutos pasaban y que yo llegaría muy tarde. Oraba y le pedía a Dios que hiciera algo para apresurar mi camino, pero todo parecía salir mal y llegué con 30 minutos de retraso.Al bajar del auto, una hermana diaconisa de esa iglesia me estaba esperando. Sus primeras palabras fueron: «Pastor, entre tranquilo, esto suele suceder los días de lluvia. Estuvimos cantando, orando y realizando sorteos de libros. Nadie notará que usted no llegó a tiempo». Efectivamente era cierto lo que esta fiel diaconisa decía. Toda la iglesia había comenzado con la programación del Seminario de Apocalipsis, y como mi parte estaba hacia el final, no hubo mayor inconveniente. ¡Cuánto le agradecí a Dios ya esos hermanos por brindar un servicio abnegado y fiel!Estoy seguro de que lo mismo habrá sentido el apóstol Pablo con Tíquico, mientras estuvo preso en la cárcel romana, «Tíquico era uno de los amigos íntimos de Pablo y un mensajero muy valioso. Él era oriundo de Asia, y había acompañado al apóstol cuando, al finalizar el tercer viaje misionero, este regresó de Grecia a través de Macedonia y luego cruzó Asia Menor y de allí a Jerusalén, trayendo la ayuda recolectada (Hech. 20:4) […]

Es muy razonable que Tíquico, habiendo pasado algún tiempo con Pablo y siendo un hombre de mente y juicio sanos, sería la persona apropiada para comunicar toda la información necesaria acerca de Pablo, sus compañeros y los hermanos creyentes de Roma» (William Hendriksen, Comentario al Nuevo Testamento: Colosenses y Filemón , pp. 213-214).Gracias a la notable colaboración de Tíquico, las cartas que el apóstol les escribió a las iglesias de Colosas y Éfeso llegaron a destino. Además, hubo detalles sobre la vida de Pablo que era mejor contarlos personalmente, y como Tíquico era un «querido hermano» y «fiel ministro», sus comentarios animarían a la iglesia a interceder en oración por la vida del anciano apóstol.Y en tu caso particular, ¿te consideras los demás un «querido hermano? ¿Eres ante la vista de los hombres y la vista de Dios un «fiel ministro»? Si realizas tu tarea con amor y fidelidad, los ojos de nuestro Padre lo notarán y él te dará su justa recompensa.

Radio Adventista

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