Viernes 3 de febrero. Devocion matutina jóvenes – “Burbujas”

Viernes 3 de febrero. Devocion matutina jóvenes – “Burbujas”

“¿De qué sirve el precio en la mano del necio para comprar sabiduría, no teniendo entendimiento?” (Proverbios 17:16).

Solo los amantes de las flores o los estudiosos de la historia de la economía mundial sabrán lo que es una Semper Augustus. Se trata de un bulbo de tulipán que llegó a venderse a 6.000 florines (40 veces el sueldo anual de un trabajador promedio), durante lo que se ha dado en llamar “la tulipomanía”. Fue un período de euforia especulativa ocurrido en los Países Bajos durante el siglo XVII, lo que generó una burbuja económica y una gran crisis financiera.

Este es considerado uno de los primeros fenómenos especulativos de masas de los que se tenga noticia. Se convirtió en caso de estudio para economistas desde que el periodista escocés Charles Mackay lo reflejara, en 1841, en su libro Memorias de ilusiones extraordinarias y de la locura de las multitudes.

Después de ser introducidos en Flolanda, los tulipanes cultivados allí sufrían variaciones en su apariencia, y nacieron así los tulipanes multicolores, irrepetibles; esto aumentó su exotismo y el precio. Pronto, se convirtieron en objeto de ostentación y en símbolo de riqueza.

Tras un período de unos dos años de alza increíble de precios, el comercio de bulbos de tulipán alcanzó su pico en enero de 1637. Sin embargo, el 3 de febrero de ese año, una parcela de tulipanes salió a remate, y no apareció ningún postor. Se ofreció otro lote pero, nuevamente, reinó el silencio. La noticia corrió por toda Holanda. Desesperados, los cultivadores de tulipanes salieron a regalar sus flores, y el mercado se derrumbó. Tulipanes que, supuestamente, valían 5.000 florines ahora apenas se vendían a 50. La burbuja estalló y Holanda entera entró en bancarrota.

La historia mundial conoció muchas otras burbujas financieras especulativas desde entonces. Hace poco tiempo, la burbuja de hipotecas de bienes raíces estalló en Estados Unidos. Además de estos complejos procesos económico-financieros, la humanidad siempre adjudicó un desmedido valor a ciertas cosas, que se convirtieron rápidamente en objetos de ostentación, y en símbolos de riqueza, pertenencia o estatus. Otro ejemplo es la fiebre desatada toda vez que Apple lanza una nueva versión de su ¡Phone. Miles hacen fila afuera de las tiendas por horas, o incluso días, para ser los primeros en comprar este teléfono. Pareciera que, cuanto más inteligentes se vuelven los teléfonos, más se estupidízan las personas que siguen la tecnología.

Hoy, no corras detrás de espejitos de colores ni de “zanahorias” que nunca alcanzarás. Busca a Jesús, la Perla de gran precio. Nunca te arrepentirás de invertir tu tiempo, tus energías y toda tu vida en él. Es el Único por quien vale la pena pagar ese precio. M8.

 

Radio Adventista

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