Viernes 31 de Agosto – EN EL NOMBRE DE DIOS – Matutina para Adultos

EN EL NOMBRE DE DIOS 

«Nuestro socorro está en el nombre de Jehová, que hizo el cielo y la tierra» (Salmos 124: 8).

DESDE EL MOMENTO en que el pecado entró a este mundo, el sufrimiento y el dolor invadieron a la familia humana. El mal ha dejado sin hogar, paz y felicidad a muchas personas. Ante la adversidad de la vida, Dios es nuestro socorro, quien mitiga nuestro dolor.

El salmo de hoy explica que de no haber sido por Dios, el pueblo de Israel hubiera perecido, habría sido tragado vivo por sus enemigos. Por eso, el salmista alabó al Señor: «¡Bendito sea Jehová, que no nos dio por presa a los dientes de ellos! Nuestra alma escapó cual ave del lazo de los cazadores; se rompió el lazo y escapamos nosotros» (Salmos 124: 6, 7). Cuanto más grave es la enfermedad, mejor se echa de ver la pericia del médico que la cura. Si Dios es nuestro socorro, ¿por qué nos invaden el temor y la angustia? ¿Nos olvidamos de que Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza? Allí está el auxilio, en el brazo de Dios, él es nuestro socorro. Aprendamos a depender menos de los hombres y más de Dios porque de él viene toda la ayuda, no permitirá que nuestros pies resbalen. Está pendiente de sus hijos y ve que las necesidades sean satisfechas. Aunque pasemos por el fuego y crucemos por el agua, nos rescatará para la abundancia.

Si sientes que tu vida está vacía, necesitas a Dios de manera urgente, porque él es tu socorro, tu ayudador. Todo lo que necesitas según Dios, no según tú, vendrá de su mano, de su poder. Porque tu socorro viene de Dios, que hizo los cielos y la tierra. El amor del Creador es tan grande que te auxilia a cada instante y vigila tus pasos para que no resbales en ningún momento. Digamos como el salmista:

¡Dios, Dios mío eres tú! ¡De madrugada te buscaré! Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela en tierra seca y árida donde no hay aguas […]. Porque has sido mi socorro y así en la sombra de tus alas me regocijaré (Salmos 63: 1, 7).

Oremos dando gracias a Dios por su protección de cada día.

Radio Adventista

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