Viernes 30 de Agosto – NIÑA DE FE – Devocion Matutina para Damas

LA SIERVA DE NAAMÁN

NIÑA DE FE

Muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio. Lucas 4:27.

Naamán, general del ejército del rey de Siria, era varón grande delante de su señor, y lo tenía en alta estima, porque por medio de él había dado Jehová salvación a Siria. Era este hombre valeroso en extremo, pero leproso” (2 Reyes 5:1).

Sucedió que la esposa de Naamán tenía una niña hebrea a su servicio, y esta niña sintió compasión del militar. Ella le dijo a su señora que en Israel había un profeta que hablaba con Dios y por su medio se realizaban muchas maravillas. Estaba segura de que si el general iba a Samaria y le pedía ayuda, el Dios de Israel le devolvería la salud.

Esta niña tenía razones para sentir amargura y resentimiento contra esas personas que la tenían cautiva, lejos de su familia y de su tierra, pero el ejemplo de fe y compasión de sus padres la motivó a cumplir el propósito para el que Dios había elegido al pueblo de Israel.

La esposa de Naamán habló con él acerca de la sugerencia de la niña, y el general creyó. Consiguió los permisos necesarios para viajar, encontró al profeta Eliseo, y recibió la salud de parte de Dios.

Quisiéramos que la Biblia continuara la historia para enterarnos cómo Naamán recompensó a esa pequeña esclava, pero aunque no quedó registrado, pienso que si su corazón agradecido le ofreció a Eliseo valiosos presentes, debe haber demostrado su gratitud a esa niña por medio de algún regalo, o quizás aún la libertad.

El carácter de esa pequeña esclava reflejó la belleza del amor de Cristo, cuya vida era la luz del mundo. En estos tiempos el Señor también está llamando a mujeres de cualquier edad a testificar de su amor y su poder restaurador. En todos los países y religiones del mundo hay personas sensibles a la voz del Espíritu Santo. Dios beneficia a los que aprecian sus favores y responden a la luz que les va dando, hasta que, como Naamán, reconocen que “no hay Dios en toda la tierra” (2 Reyes 5:15), sino el Dios vivo, el Creador. –RC

Radio Adventista

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