RAHAB
SIGNIFICADO DE UN NOMBRE
De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas, y la buena fama más que la plata y el oro. Proverbios 22:1.
El nombre juega un papel muy importante en la vida de todo ser humano.
Es el detalle o marca que lo identifica por toda la vida y más allá de su muerte. El nombre designa, señala, distingue, define, y hasta cierto punto describe a su poseedor. Los nombres bíblicos eran de suma importancia por ser un símbolo o presagio de la personalidad o el carácter de su portador. O sea, su significado era literal.
Hay nombres bíblicos hermosos, con significados inspiradores. Otros, no tanto. No era inusual que se escogieran nombres relacionados con la naturaleza: Eva representa “vida” (madre de todos los vivientes). Ester, o “estrella”, es el nombre de una joven hebrea cuyo nombre original, Hadasa, es “mirto”. Judit, nombre hebreo, expresa “la alabada”. Rhode significa “rosa”. Keila es el nombre de una ciudad de la llanura de Judá e indica “fortaleza”. Raquel significa “oveja”. Priscila significa “ancianita”. Débora significa “abeja”, y Jacob, “suplantador”.
En ocasiones encontramos junto al nombre la procedencia de su portador: María de Magdala, Saulo de Tarso. También se distingue a alguien por su oficio u ocupación: Lidia, vendedora de púrpura; la profetisa Hulda.
Rahab significa “ancha”, “grande “tormenta”, “violencia”, “arrogancia” –DBA, 972. En el registro sagrado se la menciona ocho veces por nombre En cinco de ellas aparece su ocupación: “Rahab, la ramera”.
Las etiquetas resaltan lo que otros ven. Puede ser una tragedia, un estilo de vida, un oficio; una situación impactante, o enfermedad: la mujer adúltera, el traidor, los hijos del trueno, el incrédulo… Hoy diríamos: la que tiene cáncer, la flaca, la tímida, la hija del líder, la deportista, la divorciada, la madre sola, la indocumentada, la maestra, la alcohólica, etc. “Rahab, la ramera”, no es un nombre ni una etiqueta honorable. Ningún padre quisiera identificar a su hija así.
¿Sabes qué significa tu nombre? ¿Te identifican más por un error, una situación, una crisis, una tragedia, una ocupación o un estilo de vida? ¿Sientes que han olvidado que tienes nombre y sentimientos? No importa qué significa tu nombre; importa lo que tú significas para Dios. No importa cómo te llamen los demás sino cómo te llama el Padre celestial. No permitas que un nombre o etiqueta defina tu identidad y le dé rumbo a tu destino. –RL