Viernes 29 de Diciembre del 2017 – UNA GRAN OFRENDA – Devoción matutina para Jóvenes

UNA GRAN OFRENDA

“Muchos ricos echaban mucho, pero una viuda pobre llegó y echó dos moneditas de muy poco valor” (Marcos 12:41,42, RVC).

Hattie May Buckland Ball escribió una carta a Arthur G. Daniels el 29 de diciembre de 1915. Hattie manifiesta su sorpresa por cuán rápidamente ella y su madre habían reunido una gran suma de dinero, y expresa su oración de que Dios bendiga los esfuerzos que se realizarían con ello. Esta era la carta:

“Apreciado Hermano:

“Junto con esta carta, encontrará un cheque por mil dólares, que es la ofrenda de la que le hablé hace unas pocas semanas y que damos con mi madre para el campo misionero asiático.

“Pudimos reunir el dinero un poco más rápido de lo que esperábamos, así que me apuré para que pudiera llegar a sus manos antes de que partiera para asistir a la Conferencia de la Unión del Atlántico.

“Esperamos sinceramente que Dios pueda bendecir esta ofrenda para que haga mucho bien”.

Hattie Ball fue bautizada a los ocho años; a los trece, ya participaba activamente en la obra de la Escuela Sabática. Con el tiempo, fue obrera bíblica. El 24 de septiembre de 1901, a los 28 años, se casó con D.A. Ball, y al siguiente día viajaron juntos a Gloversville, Nueva York, donde Ball predicó en una campaña de evangelismo en carpa. Lamentablemente, Ball murió cinco años más tarde y Hattie quedó viuda a los 32 años.

Hattie Ball continuó cuidando de su madre, Nancy M. Buckland, quien había sido bautizada a los once años por Joseph Bates. Nancy falleció en 1916, a los 74 años. Posteriormente, Hattie se casó con Homer W. Carr y viajaron como misioneros a Bermudas. Ella murió en 1937, luego de dedicar toda una vida al servicio del Señor y el prójimo.

Pero ¿Cuánto significaba su ofrenda en 1915? Mil dólares serían más de 25 mil dólares de hoy. ¡Con razón Ball estaba sorprendida por lo rápido que habían podido reunir ese dinero!

Al acercarnos al nuevo año, preguntémonos: ¿Qué puedo hacer para participar activamente de los objetivos de predicación y evangelismo que tiene mi iglesia? ¿Dónde serán más útiles mis talentos? ¿Qué puedo hacer para dar el ciento por ciento para la obra de Cristo?

No todos podemos ir de misioneros al extranjero, pero todos podemos hacer como Hattie Ball y Nancy Buckland, y apoyar la obra misionera con nuestros recursos y nuestras oraciones.

Radio Adventista

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