HACIENDO SEÑALES AL PILOTO
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Fil. 4:19).
Has llegado al final de tu camino? ¿Se ha agotado tu tiempo? Tal vez, no podamos saber por qué se frustran nuestros proyectos, pero tampoco podemos dudar de las providencias de Dios. Él disfruta sorprendiéndonos de forma milagrosa para solucionar nuestros problemas. Eso experimentó mi amigo Eric Rajah en febrero de 2011.
Eric hace varios viajes a Kenia cada año, para evaluar necesidades y planificar nuevos proyectos para su organización benéfica “Un mundo mejor”. Después de terminar sus proyectos en Mara, tenía que viajar a Nairobi y luego a Mombasa. Llegó a la pista de Mara a las 9:30 para tomar el vuelo de Air Kenya a las 11 hasta Nairobi. Observó cómo varios aviones pequeños iban y venían, pero él buscaba el Air Kenya, un avión más grande. Como el avión no había llegado a las 11:30, llamó al representante de la aerolínea en Nairobi y preguntó sí había algún problema. Le dijeron que otro avión de la compañía había arribado y se había ¡do, y él no estaba allí. Para decepción de Eric, era el último vuelo del día.
Cuando pensó en regresar de nuevo al hotel, un pequeño avión estaba listo para despegar. Eric corrió, haciéndole señales al piloto, y le contó su problema. Para sorpresa de Eñe, el piloto dijo: “Te llevaré a Nairobi”. Bajaron las escaleras, Eric se unió a otros tres pasajeros y encontró un asiento cómodo. Pagó su pasaje con descuento y viajó a Nairobi. Al bajar del avión, se maravilló ante el elegante alojamiento preparado para él, y lo especial que se sintió cuando la auxiliar de vuelo le dijo: “Nos alegra que haya elegido el vuelo 540. Esperamos verlo de nuevo”.
Cuando Eric fue a la agencia de viajes para obtener un reembolso por el vuelo de Air Kenya que había perdido, percibió una mirada de desconcierto en el agente, que le preguntó cómo había llegado a Nairobi antes que el avión de la aerolínea. Ese avión había hecho escala en otro lugar para recoger pasajeros, y se había quedado atascado en el barro. Sin que Eric lo hubiera previsto, Dios proveyó otro plan para que no perdiera su vuelo a Mombasa.
Hagamos señales a nuestro Piloto esta mañana. Tal vez, tenga una sorpresa para nosotras hoy.
Edith Fitch