Viernes 26 de Abril – REPENTINA DESTRUCCIÓN – Meditacion para Adultos

REPENTINA DESTRUCCIÓN

“Cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán” (1 Tesalonicenses 5:3).

Tuve la oportunidad de visitar el Museo Nacional de Chernobyl, en Kiev, Ucrania. Fue construido como recordatorio del accidente nuclear de la usina de Chernobyl, el peor de la historia en términos de costo y muertes.

El accidente ocurrió hace 33 años, el sábado 26 de abril de 1986, a la 1:23 de la mañana. Hubo una explosión, y un incendio comenzó a lanzar grandes cantidades de partículas radiactivas a la atmósfera. Durante diez días, el combustible nuclear calcinó aquel lugar, liberando nubes tóxicas que contaminaron hasta tres cuartas partes de Europa. Cerca de diez millones de personas fueron expuestas a alguna forma de radiación, principalmente rusos, ucranianos y bielorrusos.

Un informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas, en 2005, estimó que el accidente arrojó un resultado de cerca de cuatro mil víctimas fatales. Un año después, la organización ambientalista Greenpeace informó que ese número llegaba a casi cien mil muertos. considerando a todas las personas que se enfermaron de cáncer y otros padecimientos como consecuencia del accidente.

Lo que más me impresionó en la visita al Museo Nacional de Chernobyl fueron las imágenes de un video grabado en la ciudad de Pripyat, la más cercana a la usina, el día en que todo sucedió. Nadie tenía noción de la gravedad del accidente, y la vida seguía normalmente. Las imágenes mostraban familias que paseaban tranquilamente, viendo tanques de guerra y pensando que se trataba solo de un ejercicio militar. Las escenas con niños que jugaban con inocencia fueron demasiado fuertes. Las personas se casaban sin darse cuenta de la gravedad de lo que estaba sucediendo. Recién 36 horas después del accidente, los 48 mil habitantes de la ciudad fueron evacuados. El mal de la radiación era invisible, pero actuaba poderosamente. Sin embargo, todos seguían sin saber de la destrucción que les sobrevendría.

Es imposible no relacionar la situación de los habitantes de la región de Chernobyl con la condición de muchos antes de la decisión definitiva de su destino eterno. Cuando menos lo esperemos, puede llegar el último día de nuestra vida, o puede sobrevenir al mundo la destrucción repentina que se revela en las profecías. No obstante, a diferencia de los habitantes de Chernobyl, nosotros tenemos en la Biblia información suficiente para evitar la tragedia. ¿Te estás preparando?

Radio Adventista

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