ISABEL DE ESPAÑA
Jesús los miró y les dijo: Humanamente hablando es imposible, pero para Dios todo es posible. Mateo 19:26.
Dos viajeros, un hombre y un niño, se acercaban al monasterio mientras el sol poniente dibujaba sombras largas y distorsionadas. El niño se adelantó corriendo al ver a un monje que caminaba entre el jardín, y le dijo:
-Señor, ¿nos regalaría un vaso de agua? Mi papá y yo hemos caminado mucho este día. Estamos muy cansados y tenemos sed.
-Por supuesto, hijito -le respondió el anciano monje-. ¿Quién eres?
-Me llamo Diego -le respondió el niño-. Mi papá se llama Cristóbal Colón. Andamos en busca de barcos para navegar a la India.
-¡Vaya! ¡Qué Interesante! -contestó el monje mientras sonreía por el entusiasmo del niño-. Anda, llama a tu padre y dile que se quedarán conmigo esta noche. Quiero que me cuenten de su gran aventura.
Así fue como Colón relató al anciano sus sueños de llegar a la India navegando hada el oeste, por el Mar de la Oscuridad.
-Traté de convencer a la reina de España, pero fue imposible -explicó con tristeza el navegante- Realmente no sé dónde acudir en busca de ayuda.
-No hay nada imposible para Dios, hijo mío -le respondió el monje-. Soy amigo de la reina Isabel. Le escribiré, y pediré que escuche tu proposición. Mientras tanto, te quedarás aquí, en el monasterio.
Pocos días después, la reina le contestó al monje:
-Me interesa lo que tenga que decir sobre este asunto.
Con estas buenas noticias, el monje partió de inmediato para hablar a su soberana acerca de su deseo de enviar misioneros con Colón a la India. Ella estuvo de acuerdo, y el monje le escribió de inmediato a Colón:
-Nuestro Señor ha oído las peticiones de sus siervos. Mi corazón navega en un mar de felicidad y mi espíritu da brincos de alegría. Vengan de Inmediato, puesto que la reina los espera; y yo aún más que ella. Encomiéndeme a las oraciones de mis hermanos y a las del pequeño Diego. Que la gracia del Señor sea con usted.
Esta vez, la reina Isabel recibió a Colón con simpatía.
-¿Qué fue lo que te dije? -le comentó el monje a Colón cuando estuvieron solos-. Con la ayuda de Dios, todo es posible.
¿Estás orando por alguna cosa? No te des por vencido. Para Dios, todo es posible. Si él cree que es lo mejor para ti, te lo dará.