¿ERES UN PESCADOR?
“Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres” (Marcos 1:17).
John M. Drescher consiguió ilustrar de manera clara los riesgos de la pérdida de foco en la misión. Vaya adaptar su texto, buscando no perder la esencia para que nos sirva de advertencia.
En una región con lagos y ríos llenos de peces hambrientos, vivía un grupo de individuos que se decían pescadores. Cada semana se reunían para hablar de su trabajo, de la abundancia de peces y de cómo pescarlos. Utilizaban el tiempo estudiando nuevos métodos de pesca que fueran más eficientes. Siempre recordaban que el principal deber de un pescador era pescar. Solo faltaba una cosa, que nadie hacía: pescar.
Todos los pescadores estaban de acuerdo en que necesitaban las reuniones y los programas especiales que pudieran desafiarlos a ser fieles en el arte de pescar. Mucha gente se reunía para apoyar las reuniones y las comisiones. Especialistas presentaron proyectos para pescar en aguas más profundas y alcanzar peces de otros colores. Pero ni los conferenciantes ni los asistentes salían a pescar.
Se crearon cientos de centros de entrenamiento para enseñar a la gente a pescar. Se ofrecieron cursos sobre las necesidades de los peces, su naturaleza, dónde encontrarlos, sus reacciones psicológicas y cómo aproximarse a ellos con el fin de atraparlos. Algunos profesores tenían altos títulos en Ictiología. Después de años de exhaustivos estudios, muchos se transformaron en licenciados en pesca. Sin embargo, solamente enseñaban la ciencia de la pesca; ninguno de ellos pescaba.
En una de las reuniones, un joven aceptó el llamado y decidió salir a pescar. Al día siguiente, contó que había pescado dos grandes peces. Fue elogiado por su conquista e invitado a que estuviera presente en las próximas reuniones para contar cómo había conseguido un éxito tan grande. Terminó dejando de pescar para compartir su experiencia como pescador, y fue nombrado miembro del Consejo General de Pescadores, por su excepcional experiencia.
La historia podría ser más larga, pero es suficiente para una buena reflexión. Es triste pensar que todos eran llamados “pescadores”, conocían las mejores teorías, tenían la mejor estructura y los mejores equipamientos; pero, a pesar de todo eso, no sabían pescar. ¡Necesitamos mantener el foco claro en la misión, para no caer en la misma trampa!