“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.” (Malaquías. 3:10).
Hoy te voy a contar dos experiencias reales que muestran dos actitudes completamente opuestas. Mi esperanza es que el contraste entre ambas sea una lección para nosotras, de manera que empecemos este día con una decisión en firme.
La primera experiencia tiene que ver con un niño de una de las Islas del Pacífico que salió un día a pescar y logró capturar un gran pez. Así que fue corriendo a visitar al anciano de la iglesia y le dijo:
-Quiero devolver a Dios el diezmo de este pez.
—Pero para eso tienes que venderlo y apartar la décima parte de ese dinero —le explicó pacientemente el anciano de iglesia.
-¿Sabe qué? -dijo el niño-, mejor quédese usted con este pescado del diezmo y yo me voy a pescar otros nueve.
Eso es alabar a Dios por medio de la fe. Eso es un diezmo con sentido. Ese es el verdadero agradecimiento a Dios por las cosas que él nos da en la vida. Eso es alabanza en acción.
La segunda experiencia es la de una mujer de cierta edad. Esta mujer trabajaba rápido y bien, por eso nunca le faltaba trabajo. Sin embargo, económicamente siempre le iba mal. Era pobre y no encontraba la manera de salir de esa pobreza.
-Hermana, ¿usted devuelve a Dios la décima parte de lo que recibe por su trabajo? -le preguntó una vez alguien de la iglesia.
-¿Cómo voy a devolver la décima parte si mis ingresos apenas me alcanzan para sobrevivir? — fue la respuesta de ella.
Pasaba por alto confiar en una verdad muy significativa de la Biblia: «No he visto justo desamparado ni a su descendencia que mendigue pan» (Sal. 37:25, RV95).
Dios es fiel, ¿por qué no lo pones a prueba? Pero no lo hagas únicamente para ver qué puedes recibir de él, sino porque él ama al dador alegre. Qué mayor recompensa puede haber que saberse receptora de su amor y seguidora de los consejos que nos da en su Palabra. Él honrará a los que le honran. Decide hoy honrarlo con lo que tienes. Esa es una buena manera de alabarlo.