Viernes 1 de Febrero – ANNA LARSEN DE SPAFFORD AMAR A LOS DEMÁS – Damas

ANNA LARSEN DE SPAFFORD AMAR A LOS DEMÁS

El segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Mateo 22:39. 

Si alguien tenía una excusa para quejarse de todo lo que le ocurría, para murmurar, deprimirse y amargar su vida y la de quienes la rodeaban, esa era Anna Larsen. La inestabilidad familiar de sus primeros años, los problemas financieros que tuvo en su matrimonio, la pérdida total de sus pertenencias en un incendio, la muerte de sus hijas y otras adversidades bastaban para desilusionarse de la vida. Habría sido muy fácil darse por vencida, pero Anna no se rindió. Cuantas más dificultades enfrentaba, mayor eran su fe y su participación en el servicio cristiano. Sus principios religiosos, la comunidad cristiana que la rodeaba, los esfuerzos constantes para ministrar al prójimo y su preocupación desinteresada por los demás fueron su escudo de protección ante los momentos difíciles.

Nadie nace sabiendo cómo actuar frente a la adversidad, pero todos tenemos la oportunidad de acercarnos a Dios y pedirle ayuda. Cuando Dios está en primer lugar en nuestra vida, aprendemos a amar al prójimo como a nosotras mismas, con un amor que solo proviene de Dios mismo. Si nos centramos en suplir las necesidades de los demás, no tendremos tiempo para deprimirnos por nuestras propias carencias o dificultades, y el Señor nos proveerá lo que necesitamos. Al ayudar a otros, sin darnos cuenta estaremos ayudándonos a nosotras mismas. Irradiaremos la energía pura y vivificante que el Espíritu Santo nos habrá provisto.

Supongo que mientras Anna enfrentaba todos sus problemas, hubo momentos en los que se sintió desfallecer, y que Dios la socorría porque clamaba a él. Anna decidió confiar en Dios y depositar sus cargas a sus pies. Mientras esperaba que Dios se manifestara, ella trabajaba incansablemente en beneficio de los demás.

¿Cómo describirías tu nivel de servicio? ¿Estás intercediendo por las almas por las que Cristo murió? La mejor manera de demostrar que el amor de Cristo mora en nosotras es alimentando al hambriento, ayudando al cansado, dando ánimo al que desfallece; es decir, amando a nuestro prójimo. –LF

Radio Adventista

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