APRENDER A LEER
“Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees?” (Hechos 8:30).
Un buen escritor, básicamente, sabe hacer dos cosas: leer y escribir. Hay que saber leer y hay que saber escribir. J. L. Borges decía que lo más provechoso para él era no solo la lectura de libros, sino también la relectura.
Es un deber enseñar a leer. En 1965, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) estableció el 8 de septiembre como el Día Internacional de la Alfabetización.
Una persona que sabe leer tiene un abanico de conocimientos y competencias muy amplio. Saber leer es el impulso esencial del desarrollo de una persona; la ignorancia es la mayor de las opresiones. La lectura pone al alcance la Cultura, abre caminos, imaginación, pensamientos… La lectura nos hace crecer como personas. Por eso, celebramos que haya un día mundial para la alfabetización.
Pero, también debemos enseñar a leer la Biblia. El caso de Hechos 8 es particular, pero muy común: un estudiante de la Biblia sincero, que quiere aprender más de la Palabra de Dios pero que no tiene las herramientas necesarias para comprenderla.
¿Sabías que hay una ciencia que brinda herramientas para interpretar la Biblia? Se llama hermenéutica y es el arte, o la ciencia, de la interpretación de textos. Una regla básica de la hermenéutica bíblica establece que la Biblia es su propio intérprete; es decir, si no entiendes algo, el mismo texto te lo dirá. Un ejemplo de esto podría ser el significado de algunos símbolos del Apocalipsis (Apoc. 17:15 indica que las aguas representan multitudes y muchedumbres); o el de las bestias de Daniel 8 (Dan. 8:21 señala que el macho cabrío es el rey de Grecia).
Como lectores estudiosos de la Biblia, tenemos el privilegio de enseñar a otros las preciosas verdades que emanan de la Escritura; pero ¿cómo podemos enseñar a los demás, si antes no leemos y estudiamos la Biblia nosotros?
Hoy puede ser un día histórico. Instrúyete en las enseñanzas de la Biblia. Sumérgete en el Texto Sagrado y aprende cada día más. Hay muchos como el etíope, que esperan a que te acerques porque no entienden lo que leen.
“Este etíope simboliza una numerosa clase de personas que necesita ser enseñada por misioneros como Felipe, esto es, por hombres que escuchen la voz de Dios y vayan adonde él los envíe. Muchos leen las Escrituras sin comprender su verdadero sentido. En todo el mundo, hay hombres y mujeres que miran fijamente al cielo” (Elena de White, Los hechos de los apóstoles, p.90).