Viernes 06 de Octubre del 2017 – EL DÍA QUE NO EXISTIÓ – Devoción matutina para Jóvenes

EL DÍA QUE NO EXISTIÓ

 “Jamás, ni antes ni después, hubo un día como ese, cuando el Señor contestó semejante oración” (Josué 10:14, NTV).

En 1582, para españoles, italianos, polacos y portugueses, no existió el 6 de octubre: lo saltearon. En realidad, pasaron del 4 de octubre al 15 de ese mes. ¿La razón? La adopción del calendario gregoriano.

El calendario gregoriano es originario de Europa, actualmente utilizado en forma oficial en casi todo el mundo. Su promotor fue el papa Gregorio XIll. Este calendario sustituyó, en 1582, al calendario juliano, utilizado desde que Julio César lo instauró en 46 a. C. Dos estudios realizados en 1515 y 1578 por científicos de la Universidad de Salamanca, remitidos a la iglesia, presentaron la necesidad del cambio.

El desfase provenía de un cómputo inexacto del número de días del año trópico. Según el calendario juliano, que instituyó un año bisiesto cada cuatro, consideraba que el año trópico estaba constituido por 36525 días, mientras que la cifra correcta es de 365,242189, o 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45.16 segundos. Esos más de 11 minutos contados adicionalmente a cada año supusieron en los 1257 años que mediaban entre 325 y 1582, un error acumulado de aproximadamente 10 días.

Hablamos de error de cómputo, pues el tiempo es siempre el mismo y fue la manera de contarlo lo que varió (con las salvedades descritas por la teoría de la Relatividad de Einstein). Sin embargo, la Biblia registra un momento de la historia en que el tiempo pareció extenderse más allá de lo normal: la batalla de Josué contra los amorreos.

Ahora, existe un fraude (hoax) que circula por Internet: supuestamente, la NASA habría confirmado que falta un día completo en la historia del universo, distribuidos de la siguiente manera: 23 horas y 20 minutos en la historia de Josué, y 40 minutos de la historia de Ezequías, en la que Dios hizo retroceder 10 grados el reloj solar. Eso equivaldría, exactamente, a las 24 horas que faltarían.

Aun creyendo en la veracidad del registro bíblico, parecería que este relato de la NASA es un fraude para impresionar a creyentes e incrédulos con respecto a la veracidad del registro bíblico. En ocasiones, si algo es demasiado bueno como para ser verdad, al menos debemos sospechar y chequear muy bien la información.

Más allá de esto, hoy decido quedarme con el Dios creador del universo, que estableció las leyes que rigen en todo ese vasto dominio y que conoce cómo accionar otras leyes que desconocemos, a fin de generar excepciones como la de aquellos relatos bíblicos, en que el tiempo retrocedió o no avanzó. Hoy, confía tu vida en las manos de aquel cuyo poder no conoce límites, salvo los de su propio amor y misericordia.

Radio Adventista

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