María dijo entonces: «Yo soy la sierva del Señor. ¡Cúmplase en mí lo que tiene dicho!» Y el ángel se fue de su presencia (Lucas 1:38).
LA ESCUELA SABÁTICA DE LA IGLESIA, la educación adventista que proveen a nuestros colegios, el Club de Conquistadores, el Culto del Menor y el Culto Joven y toda actividad que fomenta la vida espiritual en niños, adolescentes y jóvenes dentro de la iglesia tiene una gran importancia Pero la obra que debe realizar la madre dentro del hogar con sus hijos no tiene igual.
Las Escrituras aportan muy poco sobre la educación que María le dio al niño Jesús, pero la humildad, sumisión y obediencia que muestran las palabras del versículo de hoy, reflejan la disposición de María para hacer la voluntad de Dios. Su tarea implicaba una gran responsabilidad: criar, educar y guiar al Hijo de Dios.
¿Cómo ve Dios la tarea educadora de la madre cristiana? «La madre es agente de Dios para hacer cristiana a su familia. Debe dar un ejemplo de religión bíblica y demostrar cómo la influencia de esta religión ha de regirnos en los deberes y placeres diarios, al enseñar a sus hijos que pueden salvarse únicamente por la gracia, mediante la fe, que es don de Dios. Esta enseñanza constante acerca de lo que Cristo es para nosotros y para ellos y acerca de su amor, su bondad y su misericordia revelada en el gran plan de salvación, dejará en el corazón impresiones santificadas y sagradas» (Elena G. White, El hogar cristiano , p. 210).
Actualmente las necesidades económicas han obligado a muchas mujeres a dejar sus hogares y emplearse en algún trabajo para colaborar con los ingresos del hogar, pero entre las prioridades de la madre cristiana siempre lo espiritual debería estar sobre lo económico. Dios no le pedirá cuenta a la familia que no pudo dar a sus hijos un teléfono celular sofisticado, zapatillas de marca, la educación en un colegio bilingüe o el viaje de egresados. Pero el gran Juez si juzgará la clase de esfuerzo realizado para que cada hijo decida siempre a favor de Jesús, y para esta tarea, la labor de la madre en el hogar es fundamental.
¿Qué actividades son realmente importantes en tu vida? En tu lista de prioridades, ¿está la salvación de tus hijos en primer lugar? ¿Dedicas tiempo cada día a orar e interceder para que sus decisiones los acerquen a la vida eterna? ¿Muestra tu ejemplo que amas a Dios por sobre todas las cosas? Que nuestra oración diaria sea: «He aquí la/el sierva/o del Señor, hágase conmigo conforme a tu palabra».