HABLANDO DE BENDICIONES
«Tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos». Lucas 22: 32
LA FE NOS FAMILIARIZA con la existencia y la presencia de Dios, y, viviendo completamente para la gloria de Dios, discernimos más y más la belleza del carácter divino, la excelencia de su gracia. Al respirar la atmósfera celestial nos fortalecemos espiritualmente, y colocando a Dios a nuestra diestra, no seremos conmovidos [ver Sal. 16: 8]. Nos elevamos por encima del mundo contemplando a Aquel que es el principal entre diez mil y todo él codiciable, y al contemplarlo, somos transformados a su imagen.— Mensajes selectos, t. 1, p. 393.
Los que aman a Dios deben testificar de la belleza de su gracia y verdad. Los que reciben la luz de la verdad recibirán también las lecciones que los educarán no para guardar silencio, sino para hablar a los demás. Deben aprovechar el culto del sábado, cuando los que aman y temen a Dios tienen la oportunidad de expresar verbalmente sus pensamientos a los demás. […]
La majestad del cielo manifiesta los mismos intereses que los creyentes, no importa cuán humildes puedan ser sus circunstancias. Y dondequiera que tengan el privilegio de congregarse, han de hablarles a los demás para expresar así la gratitud y el amor que resultan de pensar en el Señor. Así será glorificado Dios, y el culto de testimonios será la más preciada de todas las reuniones, pues las palabras pronunciadas habrán sido registradas en el libro de memoria. […]
No complazcamos al enemigo ocupándonos del lado oscuro de nuestra vida. Confiemos plenamente en Jesús para que nos ayude a resistir la tentación. Si pensáramos más en Jesús, y habláramos más de él y menos de nosotros mismos, disfrutaríamos mucho más de su presencia. Si permanecemos en él, estaríamos tan llenos de paz, fe y valor, y tendríamos una experiencia tan victoriosa para relatar al asistir a los cultos, que otros serían revitalizados por nuestro claro y ferviente testimonio en favor de Dios. Estos reconocimientos y alabanzas a la gloria de la gracia divina, cuando están respaldados por una vida semejante a la de Cristo, tienen un poder irresistible que obra para la salvación de las almas.
Todos los que diariamente se consagren a Dios mostrarán el lado brillante y feliz de la religión. No debiéramos deshonrar a nuestro Señor con un listado de quejas por las pruebas penosas. Si aprendemos que las pruebas tienen un fin educativo entonces las mismas nos producirán gozo. La vida religiosa será elevadora, inspiradora, animadora, ennoblecedora, llena de obras y palabras buenas.— Comentario bíblico adventista, t. 4, pp. 1204-1205.