Sabado 26 de Octubre – NUNCA ES TARDE – Devocion Matutina para Jóvenes

NUNCA ES TARDE…

«Dame, pues, ahora este monte, del cual habló Jehová aquel día. Tú mismo oíste entonces que los anaceos están allí, y que hay ciudades grandes y fortificadas. Si Jehová está conmigo, los expulsaré, como Jehová ha dicho». Josué 14: 12, RV95

ERA UNA MAÑANA DE SÁBADO y me encontraba en un congreso de jóvenes dirigiendo una serie de temas devocionales. Durante ese fin de semana motivé a la juventud a permanecer firme al Señor. El personaje central era Caleb, así que me enfoqué en motivar a los jóvenes a imitar las cualidades positivas de este gran héroe bíblico.

Esa mañana de sábado basé mi tema en Josué 14:12 e hice un llamado en tres áreas diferentes: en primer lugar, escalar las montañas espirituales diariamente, el estudio de la Biblia, la oración, el culto familiar matutino etcétera. Así como no es fácil subir una montaña, tampoco resulta sencillo mantener esa comunión permanente con Dios, pero como dijo Caleb: «Yo me mantuve fiel a mi Dios y Señor» (Josué 14: 8). Esa es nuestra responsabilidad, cumplirle al Señor. En segundo lugar nuestro llamado estaba orientado a vencer a los gigantes, no tenerles miedo. Hoy en día enfrentamos «nuevos» gigantes que tratan de vencernos: la música que transmite mensajes negativos, el mal uso y abuso de las redes sociales y el Internet, las malas compañías, entre otros desafíos. Si mantenemos viva nuestra relación con Dios podemos estar seguros de que venceremos, porque «si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar contra nosotros» (Romanos 8: 31). En tercer y último lugar los llamé a derribar los barreras enemigas y conquistar nuevos territorios, hablar a sus amigos, familiares, vecinos y darles testimonios de lo que Cristo hizo en sus vidas.

Lo maravilloso del congreso fue que al terminar mi participación el sábado, una señorita se me acercó para agradecerme por el tema. Me contó que había pasado una semana muy difícil, pues su novio había estado insistiendo para que tuvieran relaciones sexuales; incluso la había citado a un lugar concreto el viernes de noche. «Pastor -me dijo con lágrimas en los ojos-, ayer estuve aquí en el congreso y escuché su mensaje. Estuve a punto de ser derrotada, pero el Señor me ayudó a vencer. Anoche me reencontré con mi amigo Jesús».

Caleb era ya un anciano cuando conquistó Hebrón.

¿Moraleja? Nunca es tarde para vencer.

Jazmin Sarmiento

Honduras

Radio Adventista

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