Sabado 23 de Septiembre del 2017 – UNA MANO CARIÑOSA – Matutina para adultos

UNA MANO CARIÑOSA

«Cada cual ayuda a su vecino y dice a su hermano: “¡Esfuérzate!”». Isaías 41: 6

LA INDULGENCIA y la abnegación caracterizan las palabras y los actos de los que viven la vida nueva en Cristo. Al esforzarnos por llevar la vida que Cristo llevó, al procurar dominar el yo y el egoísmo, así como al atender a las necesidades de los demás, ganaremos una victoria tras otra. Nuestra influencia será entonces una bendición para el mundo.  – El hogar cristiano, cap. 29, pp. 249.

Nuestros hogares deberían ser refugios para los jóvenes que sufren tentación. Hay muchos que se encuentran en la encrucijada de los caminos. Toda influencia e impresión determinan la elección del rumbo de su destino en esta vida y en la futura. El mal, con sus lugares de reunión, brillantes y seductores, los invita. A todos los que acuden se les da la bienvenida. En nuestro alrededor hay jóvenes sin familia, y otros cuyos hogares no tienen poder para protegerlos ni elevarlos, y se ven arrastrados al mal. Se encaminan hacia la ruina en la sombra misma de nuestras puertas.

Estos jóvenes necesitan que se les extienda la mano con cariño. Las palabras bondadosas dichas con sencillez, las pequeñas atenciones hacia ellos, barrerán las nubes de la tentación que se amontonan sobre sus almas. La verdadera expresión de la bondad que proviene del cielo puede abrir la puerta del corazón que necesita la fragancia de palabras cristianas, y del delicado toque del espíritu del amor de Cristo. Si nos interesáramos por los jóvenes, invitándolos a nuestras casas y rodeándolos de influencias alentadoras y motivadoras, serían muchos los que de buena gana dirigirían sus pasos por el camino ascendente.

El tiempo que nos queda es corto. Solo una vez podemos pasar por este mundo; saquemos, pues, al hacerlo, el mejor provecho de nuestra vida. La tarea a la cual se nos llama no requiere riquezas, posición social ni gran capacidad. Lo que sí requiere es un espíritu bondadoso y abnegado y firmeza de propósito. Una luz, por pequeña que sea, si arde siempre, puede servir para encender otras muchas. Nuestra esfera de influencia, nuestras capacidades, oportunidades y adquisiciones podrán parecer limitadas; y sin embargo, tenemos posibilidades maravillosas si aprovechamos fielmente las oportunidades que nos brindan nuestros hogares. Si tan solo queremos abrir nuestros corazones y nuestras casas a los divinos principios de la vida, llegaremos a ser canales por los que fluyan corrientes de fuerza vivificante. De nuestros hogares saldrán ríos de sanidad, que llevarán vida, belleza y fertilidad donde hoy por hoy todo es aridez y desolación. -— Ibíd., cap. 28, pp. 242-243

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