Sábado 23 de Octubre – Dadivosidad en diferente paquete – Matinal para Jóvenes 2021

“Era un hombre devoto, temeroso de Dios, igual que todos los de su casa. Daba generosamente a los pobres y oraba a Dios con frecuencia” (Hechos 10:2, NTV).

Los diezmos y las ofrendas son cosas que debemos a Dios como parte de la mayordomía cristiana y como muestra externa de una vida cristiana interna. Sin embargo, en cuanto a las ofrendas, hay quizás un poco más de libertad con relación a los porcentajes y destinos. Para aprender un poco más sobre esto, además de Libertad financiera, te sugiero que leas Consejos sobre mayordomía cristiana, de Elena de White y veas cómo el pueblo de Dios se guiaba en este aspecto.

Las ofrendas también eran habituales entre los primeros cristianos y nuevos conversos. Cornelio era un centurión romano, rico, noble y muy influyente. Al conocer a Dios por medio de los judíos, había adoptado algunas costumbres; entre ellas, la de ser generoso con los pobres.

Muchas veces creemos que las obras de beneficencia nos “pertenecen” como cristianos, cuando en realidad hay muchísimas organizaciones e individuos que se caracterizan por esta hermosa virtud que a veces nos falta. Muchos lo hacen porque creen en Dios, más allá de estar afiliados a alguna denominación religiosa; y otros porque simplemente son buenas personas. Sabemos que Dios siempre es el que mueve en nosotros ese deseo de ayudar al prójimo, aunque no todos sean conscientes de que lo están haciendo por eso, pero es bueno ver que el Espíritu Santo se sigue moviendo entre nosotros y hablando a nuestra conciencia.

Las obras y las oraciones de Cornelio llegaron a Dios, y a él se le dio la orden de buscar a Pedro.

“En su sabiduría, el Señor pone a los que buscan la verdad en relación con semejantes suyos que conocen la verdad. Es plan del Cielo que los que han recibido la luz la impartan a los que están todavía en tinieblas. La humanidad, sacando eficiencia de la gran Fuente de la sabiduría, es convertida en instrumento, agente activo, por medio del cual el evangelio ejerce su poder transformador sobre la mente y el corazón” (Los hechos de los apóstoles, pp. 110, 111).

Cornelio obedeció, y la semana que viene veremos cómo sigue la historia. Hoy te animo a que pienses en personas influyentes, que tienen características de cristianos aunque no lo sean de nombre. Que comiences a orar por ellos y veas la forma de entrar en contacto para lograr grandes cosas juntos, tanto en lo financiero como en lo espiritual. A veces los límites y los prejuicios los tenemos solo nosotros.

Radio Adventista

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