DE VUELTA AL HOGAR
«Jehová, tu Dios, cambió la maldición en bendición, porque Jehová, tu Dios, te amaba». Deuteronomio 23: 5, RV95
MI PADRE SE BAUTIZÓ EN 1991 y de inmediato dedicó su vida a predicar el mensaje adventista. Predicaba ante grandes grupos cerca de nuestra ciudad y gracias a su predicación muchas personas se unieron a la iglesia. Pero todo cambió un día que mi padre decidió abandonar el adventismo. Para ese entonces yo tenía dos años. Fue una experiencia muy dolorosa para mi madre. Durante mucho tiempo ella le recordaba a mi padre que yo seguiría su ejemplo, y que eso debiera motivarlo a regresar a la iglesia.
En el año de 2005 enfermé gravemente de un fuerte dolor abdominal. Todas las mañanas despertaba con dolores tan fuertes que me retorcía en la cama. Mis padres hicieron todo lo que estaba a su alcance para hallar una solución a mis dolencias, mi madre oraba mucho por mí, pero nada funcionaba. Mi situación llegó al punto de provocar desesperación en el corazón de mis padres.
En medio de la desesperación mi abuelo se enteró de un médico que tenía fama de ser muy bueno. Sin dudarlo, mis padres me llevaron a la ciudad para que aquel médico me examinara. El doctor me recomendó unos medicamentos que solo aliviaban el dolor, pero no me curaron.
La desesperación de mis padres aumentó al punto que mi padre ya no pudo más y decidió entregar su vida nuevamente al Señor. Milagrosamente mi enfermedad desapareció pocos días después. Estoy convencido de que mi enfermedad fue el instrumento que Dios utilizó para traer a mi padre de vuelta a la iglesia.
En la actualidad mi padre es anciano de iglesia y nuevamente un gran misionero y un digno ejemplo a imitar. Muchas veces Dios utiliza medios realmente inusuales para traer a sus hijos de vuelta al hogar. Hoy agradezco que yo estoy sano y mi padre salvo en los brazos de Cristo. No deseo que te enfermes, ni que en tu familia acontezca algo similar, pero sí quiero que hoy tengas la seguridad de que Dios puede utilizar una tragedia y convertirla en un instrumento de salvación.
¿Estás pasando por un momento difícil?
Encomiéndalo al Señor y puede convertirse en el mecanismo para traer a alguien de vuelta al hogar.
Carlos Humberto Ochoa
El Salvador