LA ESPOSA DE JOB
“SEA EL NOMBRE DE JEHOVÁ BENDITO”
Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu. Salmo 34:18.
Esa mañana, como siempre, el padre realiza el sacrificio matutino junto a su esposa, y agradecen a Dios por la vida y la salud de su familia; y por si alguno de sus diez hijos hubiese pecado contra Dios, realizan un sacrificio de expiación.
No imaginaban que ese día su mundo iba a ser volteado al revés.
Las noticias de las pérdidas comenzaron a llegar… sin darles tiempo para asimilar la anterior, y cada noticia era peor. Job y su esposa no alcanzaban a comprender lo que les había pasado, cuando llegó el último mensajero y les dijo que sus diez hijos habían muerto juntos.
Los dos quedaron pasmados, pero la respuesta del padre y sacerdote de la familia fue consistente con su profesión de fe. “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito” (Job 1:21).
A todos los que hemos pasado o estamos pasando por el valle de sombra o de muerte, a todas las víctimas de los dardos de fuego del maligno, estas palabras nos hablan con el poder de la experiencia. Es posible ser fiel a Dios en cualquier circunstancia.
No sé cuál será tu prueba en este día, pero sea la que fuere, recuerda que puedes ponerte triste, Dios te comprende. Puedes rasgar tus vestidos como señal de tristeza máxima, pero no desesperes al extremo de negar tu fe; al contrario, acude a la carta de amor que Dios nos ha dejado para enjugar nuestras lágrimas. La mujer de Job dijo con él: “No teníamos nada, Dios nos ha dado todo”. Así como al recibir las bendiciones no se preguntó: “¿Por qué a mí?, ¿Porque soy tan afortunada?”, al llegar la desgracia no se preguntó, “¿Por qué yo?” Haz tú lo mismo.
Confía en que el Padre te observa con tierno amor. “Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón”, dice el salmista. Todo el universo observa para ver si amas a tu Dios y lo alabas cuando todo va bien, pero también cuando te azota el dolor y hay pérdida y muerte. Agradece por la vida, y no te afanes por lo que vendrá, porque fiel es aquel en quien has creído. Adóralo con todo tu corazón y todas tus fuerzas. –BR