Sábado 21 de abril “Libre del error” Meditacion para Jóvenes

Libre del error

«Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres». Juan 8: 32

TRABAJABA EN UNA PANADERÍA donde podía ver películas y escuchar música con un minicomponente. Un día, para mi «desgracia», nos quitaron el minicomponente y no me quedó otra opción más que buscar música en la radio. Fue así como encontré la estación 105.3 llamada Alfa y Omega de San Cristóbal de las Casas.

Un día escuché un pastor mencionar el sábado. No me gustaba escuchar ese tema, pues yo creía que los adventistas estaban equivocados. Yo era un fiel practicante del catolicismo, bueno, fiel a mi manera: tomaba alcohol, cambiaba constantemente de pareja sexual, asistía a los bailes y fiestas, y participaba de todo tipo de diversiones mundanas. Sin embargo ese día algo captó mi atención. Tuve el deseo de saber dónde estaba el error de los adventistas. Así continué escuchando la radio, tomé una hoja para anotar todas las citas que daba el pastor y como no tenía Biblia, tomé prestada la de mi padre. Terminaba de trabajar entre las once y las doce de la noche y me dirigía a mi casa a estudiar la Biblia para encontrar el error adventista.

A medida que pasaba el tiempo fui dándome cuenta de que el sábado es el verdadero día de reposo. Al principio mi familia se sintió desconcertada, pero no pudieron decir que era mentira, porque todo provenía de la Palabra de Dios. Ellos empezaron a leer la Biblia porque yo les citaba los textos. El siguiente paso fue bus car una Iglesia Adventista. Aún bebía alcohol, pero desde que empecé a asistir a la iglesia lo abandoné, me olvidé de las chicas fáciles y las malas compañías.

Al principio asistía a la iglesia los domingos en la tarde, porque trabajaba los sábados. Ese era el día que más ocupado estaba y era día de cobro; pero como estaba convencido de que era el día de reposo pensé: «Creo que es mejor dejar de trabajar en sábado». Pedí el permiso, pero me fue denegado; aunque no me despidieron porque me valoraron diciendo que era un buen trabajador. Pedía Dios un empleo donde pudiera guardar el sábado y él me lo concedió. Hoy toda mi familia ha sido bautizada y guardamos el sábado para gloria de Dios. En las Sagradas Escrituras encontré la libertad del pecado y soy feliz gracias a Cristo, mi Salvador.

¿Y tú? ¿Ya eres libre?

 

Manuel Gómez Santig

México

Radio Adventista

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