ESTO TAMBIÉN PASARÁ
«El Señor, el Dios Santo de Israel, dice: “Vuelvan, quédense tranquilos y estarán a salvo. En la tranquilidad y la confianza estará su fuerza”» (Isa. 30:15).
Se cuenta que un rey dijo en una ocasión a los grandes sabios de su reino:
-He mandado a hacer un precioso anillo con los mejores diamantes que se han podido encontrar. Y quiero guardar dentro de él un mensaje que me ayude en momentos difíciles. Tiene que ser un mensaje breve, que quepa dentro del anillo y que sea muy valioso.
Pasado un tiempo, ninguno de los sabios se había atrevido a presentar ante el rey una frase que fuera lo suficientemente valiosa como para ayudarle en un momento de dificultad. Sin embargo, había en el reino un anciano muy humilde que había trabajado en la corte del padre del monarca. De hecho, quería al rey como si fuera de su familia, así que se tomó el atrevimiento de ir a hablar con él:
-Discúlpeme, Alteza —le dijo—; sé que no soy un sabio, pero tengo el mensaje que usted necesita.
Acto seguido, el anciano escribió el mensaje en un diminuto papel, lo dobló y se lo entregó al rey, diciéndole:
—No lo lea todavía, guárdelo en su anillo y léalo solo cuando todo lo demás haya fallado y se encuentre en un momento de suma dificultad.
Ese momento llegó. El reino había sido invadido y sus enemigos lo perseguían cuando el rey se encontró frente a un precipicio. No sabía si esperar a que llegaran sus captores o lanzarse al vacío, y entonces recordó que en su anillo había un mensaje. Lo abrió y lo leyó. Decía: «Esto también pasará». Esas palabras le dieron paz. Se escondió entre los arbustos y conservó la vida.
Es un don saber transformar las dificultades en oportunidades de crecimiento y cambio para mejor, y saber asumirlas como pasajeras. No se puede vivir creyendo que eres una hija de Dios y sintiéndote en derrota. No es posible pasar cada día en esta tierra como alguien que no supo depender de Dios. En la tranquilidad y la confianza estará tu fuerza (ver Isa. 30:15). Cuando aprendas a descansar en él, verás un cambio radical en tu vida y en tu actitud hacia la vida.
No permitas que las sombras del pesimismo nublen la claridad de tus pensamientos. Si estás con Jesús, esto también pasará.