AMISTAD
Aconteció que cuando él hubo acabado de hablar con Saúl, el alma de Jonatán quedó ligada con la de David, y lo amó Jonatán como a sí mismo. 1 Samuel 18:1.
Jonatán fue un gran héroe en Israel, pero no es muy reconocido porque vivió a la sombra de un héroe más prominente, un tipo del Rey Jesús: David.
Cierta vez, Jonatán y su paje de armas entraron en un campamento filisteo y mataron como veinte hombres (ver 1 Sam. 14:14). Fue una gran hazaña, pero no se habla mucho de ello. En cambio, Jonatán es reconocido por otra faceta: la amistad. Fue el mejor amigo, confidente y aliado de David. También fue su cuñado, pues era hermano de Mical. Su fidelidad a David se mide por su nobleza de alma. Jonatán pudo haber defendido su posición como segundo en el reino, sucesor natural de Saúl su padre y heredero de la corona, pero defendió la elección de Dios. David debía ser el próximo rey de Israel, ya que Samuel lo había ungido en Belén (ver 1 Sam. 16:12, 13; 23:17).
Jonatán tuvo que vivir entre la lealtad a su padre y a David. Obedeció a su padre apóstata sin ofender a Dios ni traicionar a su amigo, y fue leal a David sin ofender a su padre. Al fin, acompañó a Saúl en una batalla que estaba decidida de antemano. La derrota era segura, porque Dios no se comunicó con Saúl. Amó a su padre hasta la muerte. No lo dejó ir a morir solo, sino que lo acompañó hasta el fin.
Por tanta nobleza de alma, David endechó a Jonatán con palabras inmortales: “¡Ha perecido la gloria de Israel sobre tus alturas! ¡Cómo han caído los valientes!… ¡Cómo han caído los valientes en medio de la batalla! ¡Jonatán, muerto en tus alturas!” (2 Sam. 1:19, 25).
Jonatán es el modelo de amistad en el Antiguo Testamento. Se jugó la vida por su amigo David. Defendió esa relación de amistad aun ante su propio padre.
¡Cuán bueno sería tener un amigo como Jonatán! ¡Cuánto mejor sería ser un amigo como Jonatán!