Sabado 16 de Diciembre del 2017 – CREO EN LOS MILAGROS – Devoción matutina para la mujer

CREO EN LOS MILAGROS

“A la vez, Dios ratificó su testimonio acerca de ella con señales, prodigios, diversos milagros y dones distribuidos por el Espíritu Santo según su voluntad” (Heb. 2:4, NVI).

A lo largo de los años, he escuchado historias maravillosas de personas que experimentaron milagros. Creo que, a veces, cuando necesitamos una dosis de esperanza, Dios obra algo especial por nosotros. Puedo pensar en varios eventos de mi propia vida. Una vez, dejé caer accidentalmente mis anteojos en la playa; no sabía que habían caído en el agua hasta que los vi. ¡Estaba feliz de recuperarlos, porque me es muy difícil manejarme sin ellos! Mis devotos padres también han compartido cosas especiales que Dios realizó.

Una vez, cuando mi madre estaba embarazada de mí, Dios la protegió de la mordedura de una serpiente venenosa. Mi padre, que dirigía reuniones evangelizadoras, relató cómo Dios salvó mi vida cuando me extirparon las amígdalas: me habían dado una dosis de anestesia demasiado alta para mi edad, y dejé de respirar en la mesa de operaciones. Sé que Dios estaba en el quirófano ese día. La experimentada médica misionera logró revivirme. Quiero encontrarme con ella en el cielo, para agradecerle.

Recientemente, me enteré de que no tengo cáncer de tiroides, lo cual es una respuesta a muchas oraciones por mí desde todas partes del mundo. Ahora que estoy jubilada, miro hacia atrás y veo cómo Dios ha estado conmigo porque tenía un propósito para mi vida. Muchas veces me vi desanimada, sin esperanza, y sin poder dar gloria a Dios. Dios sabía que debía aprender algunas lecciones, como Moisés en el desierto. Me llevó por experiencias muy difíciles, y sobreviví solo porque él estuvo conmigo a cada paso. Aprendí a confiar más en él y a orar como tenía que orar. Me sería imposible hacer una lista de todas las cosas que Dios ha hecho por mí, porque se preocupa por mí. Se preocupa tanto por ti y por mí que envió a su Hijo para salvarnos.

Estoy agradecida porque Dios me ha despertado de la condición espiritual tibia en la que estuve mucho tiempo. Me mostró que soy su embajadora y que debo compartir con otros su amor, que yo he experimentado a través de sus milagros en mi vida. Dios verdaderamente es un Dios de milagros y tiene un plan para cada una de nosotras.

Rose Muthian Davy

Radio Adventista

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