Papá lo sabe todo
“El corazón humano genera muchos proyectos, pero al final prevalecen los designios del Señor” (Prov. 19: 21).
Cuando era pequeña, todas las semanas miraba fielmente el nuevo episodio de la serie de televisión “Papá lo sabe todo”. En cada episodio, Jim Anderson, el padre, siempre encontraba la mejor solución para los problemas o los errores de sus hijos. Nuestro Padre celestial también tiene la mejor solución cuando seguimos cuidadosamente su plan.
No hace mucho, mi hija, Alicia, quería comprar un departamento para ella y su hija, Jordan. Cuando encontró uno inmaculado, en una ubicación muy buena y a un precio que podía pagar, yo me alegré mucho con su decisión. Pero como había otros compradores primerizos que también estaban haciendo una oferta por ese departamento, la agente inmobiliaria de Alicia le recomendó ofrecer cinco mil pesos por encima del precio de lista. Alicia siguió sus instrucciones y oramos para que Dios interviniera, pero aceptando que, si algo salía mal, sería porque Dios tenía algo mejor
Dos días después nos enteramos de que habían aceptado una oferta mayor que la de mi hija. Estábamos decepcionados. Este nos había parecido el departamento perfecto para Alicia y Jordan, Con dos habitaciones y dos baños.
Esa misma semana, Alicia me pidió que fuera con ella a mirar un departamento de tres habitaciones con algunas características adicionales, pero me advirtió que el precio era mayor que su presupuesto.
Acepté acompañarla; aunque tenía mis dudas, porque pensé que no sería lo que ellas necesitaban. Me sorprendió lo bello del lugar, e inmediatamente pensé que era el departamento adecuado para ellas. Las habitaciones eran espaciosas, las paredes estaban recién pintadas, colocadas alfombras nuevas en cada habitación y un sistema de calefacción a estrenar. Pero había un gran problema: el precio.
-Haz una oferta baja -le aconsejé-. Si Dios quiere que tengas este departamento, los propietarios aceptarán tu oferta.
Alicia nuevamente hizo una oferta, esta vez de 30 mil pesos por debajo del precio de lista. Oramos fervientemente y esperamos. Al día siguiente, la agente inmobiliaria llamó y le dijo a Alicia que la propiedad ahora era suya.
Nuestra visión a menudo es limitada, y nos conformamos con lo que nos parece apropiado cuando Dios puede tener algo completamente diferente y mucho mejor para nosotros. Nosotros planificamos, asumiendo que nuestra elección es la elección de Dios. Afortunadamente, servimos a un Dios que siempre tiene nuestros intereses en mente. Nuestro trabajo es simple: confiar en Dios, con la certeza de que Papá lo sabe todo.
YVONNE CURRY SMALLWOOD