LOS SIETE “NO” DE LA VICTORIA

“Y luego el Espíritu le impulsó al desierto. Y estuvo allí en el desierto cuarenta días, y era tentado por Satanás, y estaba con las fieras; y los ángeles le servían” (Marcos 1:12, 13).

En el desierto de la tentación, el enemigo usó sus mejores estrategias, pero Cristo fue el vencedor. En aquel momento, el Señor rechazó el camino del poder y de la gloria, y aceptó la trayectoria del sufrimiento y de la Cruz, definiendo cómo conquistaría a los seres humanos para Dios. Para que esa conquista también sea tuya, te presento los siete “no” de la victoria.

1. No te vuelvas vulnerable. El enemigo siempre va a tentarte en tu punto más débil. Cuidado, si no quieres “negocios” con el diablo, no vayas a mirar sus “vidrieras”.

2. No dejes que el apetito y el placer dirijan tus decisiones. Cuando hablan muy alto, vas a caer más bajo. Aprende a decir “No”.

3. No permitas que las cosas materiales sean más importantes que las espirituales. El crecimiento espiritual es siempre mejor que la abundancia o la prosperidad material.

4. No coloques tus necesidades personales por encima de la Palabra de Dios. Disculpas como “estaba pasando necesidad, mi familia necesitaba comer; mi matrimonio no estaba bien; todos hacen lo mismo” no justifican el pecado.

5. No aceptes interpretaciones parciales de las Sagradas Escrituras. El diablo intentó hacer esto con Jesús. Como Cristo, sé guiado por el mensaje completo, y no solamente por aquello que te interesa.

6. No cambies honra por poder. La gloria solo tiene valor cuando es ejercida dentro de los límites éticos de la Palabra de Dios.

7. No enfrentes al enemigo con lógica o con argumentaciones. Él sabe cómo derrumbar tus argumentos y torcer tu lógica. La tentación solamente puede ser enfrentada con profundidad en la Palabra e intensidad en la oración. Cuando él golpee tu puerta, pídele a Jesús que atienda.

Elena de White deja en claro que en el desierto de la tentación Jesús no estaba solo. “Aparentemente, Cristo estaba solo frente a Satanás en el desierto de la tentación. Pero no lo estaba; los ángeles lo rodeaban. De la misma manera, los ángeles de Dios son enviados a servir a aquellos que están bajo los más fieros asaltos del enemigo” (La verdad acerca de los ángeles, p. 182). Si tú también estás en medio de la tentación, debes saber que estarás protegido por los ángeles y tendrás a tu lado al Sumo Sacerdote que fue “tentado en todo según nuestra semejanza” (Heb. 4:15) y fue victorioso para vencer en tu vida.