REPARADOR
“…y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar” (Isaías 58:12).
José Bates fue el más anciano y uno de los más influyentes pioneros de la iglesia. También fue presidente de la primera Asociación General de la iglesia, organizada en Michigan, en 1851. Era un líder espiritual, con una visión clara, mucha valentía y alguien que no vacilaba a la hora de hacer sacrificios por la causa de Cristo. Bates contaba con una alimentación sencilla, equilibrada y con hábitos saludables. Esto lo ayudó a vivir hasta los ochenta años con una óptima resistencia física.
Su mayor contribución al movimiento adventista ocurrió recién en 1845, cuando entendió de manera más clara la verdad sobre el sábado. En 1846, imprimió un pequeño material de 48 páginas, para compartir esa verdad. Era tan insistente al presentar la verdad acerca del día de reposo que Elena de White consideraba que sobrestimaba el cuarto Mandamiento.
Después de escuchar los argumentos de Bates, estudiar profundamente y debatir con él, Elena tuvo una visión del Santuario celestial. El templo de Dios estaba abierto en el cielo, y ella vio el arca. Cuando Jesús levantó la tapa, aparecieron las tablas de piedra en las que se escribieron los mandamientos, con el cuarto en el centro y una luz que lo resaltaba. El ángel dijo: “Es el único de los diez que define al Dios viviente que creó los cielos y la tierra y todas las cosas que en ellos hay” (Testimonios para la iglesia, t. 1, p. 88).
La confirmación fue aún más clara: “ ‘Cuando se colocaron los fundamentos de la tierra también se colocó el fundamento del sábado como día de reposo’. Se me mostró que si se hubiera observado siempre el verdadero día de reposo, nunca hubiera existido un infiel o un ateo. La observancia del día de reposo hubiera preservado al mundo de idolatría” (ídem).
La visión impresionó a Elena de White y cambió su visión sobre el cuarto mandamiento. José Bates fue el “reparador de portillos” usado por Dios para restaurar esa verdad y abrir los ojos de la mensajera del Señor.
Elena de White dice que en los últimos días “El sábado será la gran piedra de toque de la lealtad, pues es el punto especialmente controvertido. Cuando esta piedra de toque les sea aplicada finalmente a los hombres, entonces se trazará la línea de demarcación entre los que sirven a Dios y los que no le sirven” (Eventos de los últimos días, p. 229). Por eso, permanece fiel y sé un reparador del santo día del Señor.