Sabado 06 de Enero del 2018 – DIOS OYÓ LA VOZ DEL MUCHACHO – Devoción matutina para Jóvenes

DIOS OYÓ LA VOZ DEL MUCHACHO

«Oyó Dios la voz del muchacho, y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo: “¿Qué tienes, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz del muchacho ahí donde está’». Génesis 21: 17, RV95

EN 1960 SE REALIZÓ EN LA CIUDAD DE LIMA, Perú, un congreso de jóvenes. Era la primera vez que yo salía del interior hacia la capital, y también la primera vez que tenía la oportunidad de ver a tantos adventistas juntos. En mi pequeña congregación nunca se reunían más de veinte personas, y ahora estaba allí, deslumbrado, con casi mil jóvenes provenientes de Perú, Bolivia y Ecuador.

En aquel entonces yo era apenas un adolescente de doce años. El congreso fue maravilloso. Canté y participé como nunca. Cuando todo terminó, me quedé solo en el auditorio y arrodillado le dije a Dios: «Señor, ayúdame a estudiar para ser un pastor. Un día quiero ser un líder de jóvenes y realizar un congreso tan grande como este».

Lo que yo no me imaginaba aquel día era que Dios estaba escuchando «la voz del muchacho». Dos años más tarde finalicé la secundaria. Posteriormente estudié Teología y algunos años más tarde fui ordenado al sagrado ministerio.

El tiempo pasó. Llegué a ser director de jóvenes en mi país y luego la iglesia me invitó a servir en Brasil. Allí, un día, Dios y un equipo maravilloso de amigos me ayudaron a organizar un congreso para diez mil jóvenes, y después otro para veinte mil. La oración de un adolescente había sido contestada. Por supuesto, aquello solo fue el principio. Durante varias décadas he tenido el privilegio de predicar por todo el mundo el evangelio de Cristo.

Si hoy tienes la impresión de que la vida le ha dado a otros la oportunidad que a ti te ha negado, si ha pasado por tu mente la idea de que no conseguirás realizar tus sueños, te invito a arrodillarte en este día y clamar a Dios. Recuerda que Dios oyó la voz de un muchacho.

No hay clamor que él no escuche, no hay lágrima que él no conozca, no existe un sueño que él no sea capaz de realizar, si lo colocas en sus manos.

Alejandro Bullón

Evangelista internacional

Radio Adventista

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