Miercoles 4 de Noviembre – NO TE QUEDES AFUERA – Devocional para Adultos

NO TE QUEDES AFUERA

“Mientras los israelitas acampaban en Sitín, comenzaron a prostituirse con las mujeres moabitas” (Números 25:1, NVI).

Los israelitas transitaban por el desierto hacía casi cuarenta años cuando acamparon en el valle de Sitín, en la margen oriental del río Jordán. Ellos habían vencido una importante batalla en Basán y estaban confiados en la conquista de Canaán.

El campamento se montó en una planicie de clima tropical, donde había un bosque de acacias; pero era también el lugar en que los moabitas realizaban su culto público a Baal, con rituales muy depravados.

Elena de White explica: “Al principio hubo muy pocas relaciones entre los israelitas y sus vecinos paganos; pero después de algún tiempo, las mujeres madianitas comenzaron a introducirse en el campamento. La aparición de ellas no causó alarma […] Estas mujeres tenían por objeto, en sus relaciones con los hebreos, seducirlos para hacerles violar la ley de Dios, llamar la atención a costumbres y ritos paganos, e inducirlos a la idolatría” (Patriarcas y profetas, p. 484).

Por sugerencia de Balaam, el rey de Moab hizo una gran fiesta para sus dioses y un grupo de israelitas fue inducido para que participara. “Se aventuraron a pisar terreno prohibido y se enredaron en los lazos de Satanás. Hechizados por la música y el baile, y seducidos por la hermosura de las vestales paganas, desecharon su lealtad a Jehová” (ibíd.). El dominio propio se debilitó y las pasiones comenzaron a dominar las decisiones.

No mucho tiempo después, esa influencia alcanzó a más personas. Lo que había comenzado con música, danza y fiestas terminó en idolatría y rituales paganos, practicados en el propio campamento de Israel. Aquellos que estaban preparados para enfrentar a grandes enemigos y vencer cualquier barrera fueron seducidos y destruidos por cosas ilusorias. Como resultado, 24 mil personas murieron. Estaban tan cerca de la Tierra Prometida, y terminaron tan lejos…

Muchos siglos después, el apóstol Pablo rescató la misma historia como un alerta: “Estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1 Cor. 10:11, 12).

Estamos muy cerca de la Nueva Tierra; pero corremos el riesgo de estar preparados para grandes batallas pero caer en las pequeñas tentaciones que seducen nuestro corazón. No hagas concesiones; pueden acabar dejándote a ti fuera de la Tierra Prometida.

Radio Adventista

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