TOLERANCIA Y VOLUNTARIADO
Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas… Vosotros sabéis lo que se divulgó por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan: cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo este anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Hechos 10:34-38.
Más de una vez he escuchado a los adultos juzgar a los jóvenes. Casi nunca he oído a los jóvenes juzgar a los adultos. En eso te pareces a Jesús, quien no habló en contra de nadie.
Jesús no dijo una palabra en contra de la “gente diferente”, sino que la invitó a seguirlo. Protegió a las mujeres de sus abusadores. Defendió a la adúltera a quien sus acusadores querían apedrear; reconoció la devoción de la viuda que dio al Templo todo lo que tenía, aunque fueran solo dos moneditas; y a la que lo ungió con un perfume caro, la defendió de sus críticos.
A los extranjeros les tendió su mano ayudadora; fue a la tierra de los gentiles y los socorrió; pero no censuró la religión de ningún pagano. En cambio, denunció la hipocresía de los dirigentes religiosos judíos que fingían piedad mientras extorsionaban a los pobres, operaban un mercado en el Templo, y a él lo perseguían para matarlo.
Por eso, porque el Señor de la justicia guardó su boca de la censura y la denuncia, si hay pobreza, no critiques al pobre, ayúdalo. Si hay enfermedad, no juzgues al que no sabe cuidar su salud, instrúyelo en los principios del sano vivir. Si hay pecado, no maldigas al pecador, más bien combate el mal que lo domina. No te pronuncies contra los extranjeros. Sé un discreto voluntario que va por los caminos de la vida promoviendo el bien. Que la mano que extiendas no empuñe un puñal; en cambio, empuña un bisturí, una escoba, una cesta de pan. Sé tú el que respeta, el que tolera, el que defiende el derecho ajeno. La verdadera libertad es la libertad de todos. No critiques, no censures, no persigas al que no es como tú; en cambio, esfuérzate por ser como tu padre, que hace salir el sol sobre todos (Mat. 5:45).