Cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad. Él no hablará por su propia cuenta, sino que les dirá lo que ha oído y les contará lo que sucederá en el futuro. Juan 16:13.
El Espíritu Santo guio a Annie R. Smíth de una manera asombrosa. Todo empezó con el pedido de su madre de que asistiera a una reunión conducida por el pastor José Bates en Somerville, Massachusetts.
“Iré solo para complacer a mi madre”, pensó Annie.
Esa noche soñó que llegaba tarde a la reunión y tomaba asiento en la última fila. Un hombre desconocido estaba de pie en la plataforma y, señalando un cuadro, decía: “Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado”.
Esa misma noche, el pastor Bates también soñó que predicaría en una reunión en la que cambiaría el tema a última hora. Entonces, justo al iniciar su sermón, se abriría la puerta y entraría una joven, a quien debía identificar como Annie, la hija de la Hna. Smith.
En efecto, al día siguiente Annie se dirigió a la reunión con suficiente anticipación, pero se perdió y llegó tarde. Abrió la puerta y encontró que todos los asientos estaban ocupados, excepto el que estaba junto a la puerta. Se sentó justo cuando el pastor Bates comenzaba a predicar. Señalaba un cuadro y decía: “Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado”.
“¡No lo puedo creer! -reflexionaba Annie-, ¡Es exactamente lo que soñé! ¡Está predicando la verdad!”
“¡Sorprendente!”, pensó el pastor Bates, por su parte, al levantar la vista y ver a la joven de su sueño entrar y sentarse en la última silla cerca de la puerta. Se había olvidado del incidente cuando se puso de pie para predicar. Tenía otro tema en mente, pero por alguna razón cambió de parecer y comenzó a predicar acerca de los 2.300 días y la verdad acerca del Santuario. Después de la reunión, el pastor Bates saludó a Annie y le dijo:
-Y usted debe ser la hija de la Hna. Smith. Sabe; anoche la soñé.
-Y yo lo soñé a usted y lo que predicó esta noche -exclamó Annie- ¡Creo que habló con la verdad!
Annie R. Smith llegó a ser una de las secretarias de la casa editora Review and Herald. También escribió la letra de dos de los himnos que encontramos en el Nuevo Himnario Adventista: los números 476 y 528.