Miercoles 3 de Octubre – EL CLAMOR DE ELÍAS – Devocional para Adultos

EL CLAMOR DE ELÍAS

«Aconteció que cayó enfermo el hijo de la dueña de la casa. La enfermedad fue tan grave que se quedó sin aliento» (1 Reyes 17: 17).

SUCEDIÓ QUE EL HIJO de la viuda enfermó de gravedad y murió. Era su único hijo y su única compañía para la vejez. Entonces, ella le dijo a Elías: « ¿Qué tengo que ver yo contigo, varón de Dios? ¿Has venido aquí a recordarme mis pecados y a hacer morir a mi hijo?» (1 Reyes 17: 18).

Esa es una reacción muy comprensible. A menudo nos echamos la culpa a nosotros y nuestros pecados por las desdichas que nos hieren. « ¿Que hice para que mi hijo enfermara?» « ¿Que pecado causo esta calamidad en mi vida?» Es cierto que muchas veces el dolor y el sufrimiento resultan de las elecciones pecaminosas que hacemos, pero también es cierto que otras veces las desgracias vienen sin razón aparente. Todos afrontamos tragedias inesperadas e inexplicables. Es parte de lo que significa ser seres caídos viviendo en un mundo caído. ¿Cómo puedes aprender a confiar en Dios y amarlo, aun en medio del dolor?

Elías, en silencio, tomó en sus brazos el cadáver del niño y clamó a Dios.

«“Jehová, Dios mío, ¿también a la viuda en cuya casa estoy hospedado vasa afligir, haciendo morir a su hijo? Jehová, Dios mío, te ruego que hagas volver el alma a este niño”. Jehová oyó la voz de Elías, el alma volvió al niño y éste revivió» (1 Reyes 17: 20–22).

En el ruego de Elías notamos que él tenía una relación muy íntima con Dios (lo llama «Dios mío»winking, y aunque no entendía por qué había permitido que el niño muriera, aprendemos que al tener una relación íntima con el Señor, podemos experimentar mejor su poder.

Si clamamos a Dios en una situación difícil, él nos escuchará.

Radio Adventista

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