Miercoles 28 de marzo “Sin él, nada” Meditacion para jóvenes

Sin él, nada

«Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo». Salmo 23: 4

¿ALGUNA VEZ HAS SOÑADO con tenerlo todo? Fiestas, amigos, popularidad y un lugar cómodo donde vivir. Todo esto lo tuve y no sirvió para nada. Esta es mi historia:

Tenía toda la energía del mundo. Era un joven estudiante, basquetbolista y un chico intrépido, con muchos deseos de convertirme en el primer ingeniero civil de la familia. Estudiaba en una universidad prestigiosa de la capital de Puerto Rico, y tenía una vida acomodada donde aparentaba no faltarme nada. Por mis malas decisiones tuve que regresar a mi ciudad natal en el sur del país. Allí, en casa de mis padres, y con el deseo de seguir estudiando, continué mis estudios en otra universidad.

Dios nos dice en su Palabra que «las malas compañías corrompen las buenas costumbres» (1 Corintios 15: 33, NVI). Eso me sucedió cuando comencé a pasar tiempo con personas que estaban involucradas en el narcotráfico; todo con la buena intención de ayudarlos a salir de ese mundo. ¡Qué lástima!, yo no tenía los recursos ni la capacidad para hacerlo. Poco a poco me fui involucrando en su mundo, y cuando me percaté estuve en discotecas, en fiestas y cometiendo toda clase de acciones de ese mundo.

El 20 de marzo de 2014 todo parecía normal. En esa ocasión me encontraba de fiesta con unos amigos pero lo que parecía ser una noche más de fiestas terminó por ser la peor noche de mi vida. Salí con mi hermano y un amigo, que tenía deudas pendientes en el «bajo mundo». Tras haber llegado a cierto lugar, tres individuos se acercaron a nuestro automóvil y empezaron a disparar. Diecisiete disparos alcanzaron mi cuerpo, dejándome entre la vida y la muerte.

Mientras yo luchaba por vivir, la gracia y el poder de Dios me preservaron la vida. Mi hermano no corrió la misma suerte y falleció. Quizás tus malas decisiones han puesto en riesgo tu vida, si ese es tu caso ha llegado el momento de que te detengas y rindas tu vida a Jesús. Con él lo tendrás todo; y sin él no tendrás nada. ¿Quieres saber qué pasó conmigo luego de aquella noche? Mañana te lo cuento.

 

Juan Mendoza Quiles

Puerto Rico.

Radio Adventista

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