Miercoles 27 de Mayo – BABE DIDRIKSON – Devocion Matutina Jóvenes

BABE DIDRIKSON

Una vez terminada la estructura del templo, Salomón puso un techo de vigas y tablas de cedro. 1 Reyes 6:9.

Iniciar un proyecto es cosa fácil; lo difícil es terminarlo. Se requiere mucha fuerza de carácter para terminar los proyectos empezados, no obstante los obstáculos que se puedan presentar. Hay muchos que saben ¡nielar cosas en la vida, pero son muy pocos los que saben terminarlas. Babe Didrikson era uno de esos individuos raros, con suficiente determinación para terminar lo que comenzaba. Cuando tenía ocho años de edad, decidió cortar el césped del Sr. McCIain.

-Hemos estado fuera de casa por un tiempo -explicó el Sr. McCIalna la niña cuando le pidió trabajo-, ¿Ves cuán alto está el césped? Es un trabajo demasiado pesado para una niñita como tú.

-¡Oh, no, señor! -le decía la niña moviendo la cabeza llena de rizos-. Por favor, permítame intentarlo. ¡Sé que lo puedo hacer! Necesito ganar dinero para comprarme la armónica que tanto deseo.

-Muy bien -le respondió el Sr. McCIain-, inténtalo. Si terminas todo el patio, te daré suficiente dinero para que puedas comprar tu armónica.

Él estaba seguro de que se daría por vencida cuando se diera cuenta de lo difícil que era cortar un césped tan crecido.

Era mucho más difícil de lo que Babe esperaba. Apenas podía empujar la máquina cortadora y avanzar solo unos pocos centímetros, hasta que se le enredaba la hierba crecida en las aspas, dificultándole demasiado el trabajo. Desanimada, se sentó en el pastizal y se lamentaba:

-¡Nunca terminaré al paso que voy!

Entonces se acordó de la hoz que tenía su papá. ¡Con ella podría vencer a las horribles hierbas! Le tomó toda la mañana y parte de la tarde cortar la hierba más alta y dejarla al nivel adecuado, de modo que pudiera intentar nuevamente con la máquina cortadora. Ya anochecía cuando terminó, tras haber rechazado una invitación tentadora para jugar béisbol en el parque durante la tarde.

-Debo admitir que no estaba muy seguro de que lo pudieras terminar -dijo el señor McCIain al entregarle el dinero para la armónica.

-Generalmente termino lo que empiezo -dijo Babe con una amplia sonrisa.

Esa misma determinación permitió que Babe Didrikson tuviera éxito en todo lo que hacía. Cuando creció, fue esa cualidad de carácter la que le permitió ganar una medalla de oro olímpica. Esta misma cualidad también te convertirá a ti en un ganador.

Radio Adventista

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