Miercoles 27 de marzo – TAL COMO SOY – Devocion Matutina para Damas

CHARLOTTE ELLIOTT

TAL COMO SOY

Al que a mí viene, no le echo fuera. Juan 6:37.

Charlotte Elliott nació en un hogar cristiano, pero no se sentía atraída hacia Dios. A los treinta años quedó inválida, y así permaneció durante el resto de su vida. Su invalidez la convirtió en una mujer amargada y difícil de tratar. Si Dios me amara, no me habría tratado de esta forma —se lamentaba.

El 9 de mayo de 1822, el pastor César Malan visitó a la familia Elliott. Durante la cena, le preguntó a Charlotte si había decidido entregar su vida a Dios. Ella perdió los estribos y tuvo un estallido violento de ira. El pastor Malan pidió quedarse a solas con Charlotte, y la invitó, con mucho tacto y ternura, a acudir a Dios tal como estaba: con su resentimiento, su amargura y su odio hacia Dios. Charlotte estaba muy endurecida por el odio, y no reaccionó positivamente.

Sin embargo, con el paso de las semanas, las palabras del pastor Malan seguían dando vueltas en su mente. Un día, sola en su habitación, sintió que Dios la llamaba a entregarle su corazón. Escribió: “Solo mi Padre celestial sabe lo que es, día tras día y hora tras hora, luchar contra los efectos sobre mi cuerpo de la abrumadora debilidad, el desfallecimiento y agotamiento y resolverme a no ceder a la pereza, la depresión y la irritabilidad, tal el cuerpo me induce a hacer, y levantarme cada mañana con la determinación de tomar por lema: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame”. El día que Charlotte decidió dejar su amargura atrás y acudir a Jesús tal como era, escribió este himno:

Tal como soy de pecador, / sin otra fianza que tu amor, /

a tu llamado vengo a ti,/ Cordero de Dios, heme aquí (HASD, #249).

Charlotte vivió hasta los 82 años, y escribió 150 himnos. De todos esos himnos, “Tal como soy” ha sido el favorito de miles de cristianos. Cuando Charlotte falleció, su hermano, el pastor Henry Elliott, recibió más de mil cartas de diferentes partes del mundo que expresaban cómo el himno “Tal como soy” había ayudado a sus remitentes a regresar a Jesús, a pesar de las circunstancias que estaban viviendo.

Cuán afortunadas somos de servir a un Dios que nos ama tal como somos, un Dios que transforma nuestra amargura en canción, y nuestro dolor en bendición. —AP

Radio Adventista

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