Miercoles 26 de Marzo -PRUDENCIA – Devocion Matutina para Jóvenes

PRUDENCIA

Acordaos de la mujer de Lot. Lucas 17:32.

A la una de la mañana, en la zona más peligrosa de Tijuana, estaba yo cenando en un restaurante. No tenía temor de andar de noche, pues eran los tiempos de la paz social en México, pero nunca antes había visitado Tijuana. A esa hora había tanta gente en la Zona Norte, que parecía de día.

Un joven indocumentado me acompañaba. Yo era entonces un misionero de solo 20 años de edad, y a él lo habían deportado desde Calexico, California. Lo había encontrado en la central de autobuses de Mexicali, y decidí ayudarlo. Yo iba a vender libros cristianos en Tijuana, y él iba a intentar otra vez cruzar la frontera hacia California. Le pagué el boleto a Tijuana, y también la cena.

Todo iba bien, hasta que mi acompañante comenzó a hacerle señas a una mujer que estaba con un hombre en la mesa contigua. En susurros, le rogué que no se metiera en problemas, porque el hombre aquel podía iniciar una pelea. Comimos de prisa y salimos de ahí. Por tenderle la mano a un inmigrante deportado, me había metido en la boca del lobo”. Nunca más fui de noche a ese lugar, donde el pecado era una industria millonaria.

Lot también estuvo en una ciudad del pecado, y tuvo que salir a la fuerza. Él había llegado a Sodoma “sin querer”. Se separó de su tío Abraham porque los pastores de ambos peleaban por el agua. Eran millonarios. Pero Lot codició más. Vio la llanura del Jordán y la comparó con las tierras peladas de Hebrón y Beerseba. Se las dejó a su tío y él escogió la verde llanura. Y “sin querer” pronto fue a parar a Sodoma, algo así como la zona de casinos de Las Vegas o algunos barrios de San Francisco.

“Todo con exceso, nada con medida”, parecía ser el lema de los sodomitas. Hasta que Dios dijo: “¡Basta!” Dos ángeles fueron a sacar a Lot de Sodoma, y él argumentó con ellos hasta que los ángeles dijeron: “¡Basta!” y lo sacaron de la mano a él y a su esposa e hijas. Debían huir sin mirar atrás. Lot y sus dos hijas obedecieron, pero su mujer no. Cuando el fuego del cielo consumió la ciudad, la mujer de Lot miró hacia atrás y se volvió estatua de sal.

El espíritu de Sodoma está en todas partes. Donde hay tentación está presente. No entres en su campo de influencia. Acuérdate de la mujer de Lot.

Radio Adventista

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