Miercoles 22 de Marzo del 2017 – SU DELICADA Y APACIBLE VOZ – PARTE 2 – Devoción matutina para la mujer

SU DELICADA Y APACIBLE VOZ – PARTE 2

“Habla, Jehová, que tu siervo escucha” (1 Sam. 3:9).

Volteé y saludé a la hermosa visitante.

-Hola, me llamo Vonda -le dije- Estoy muy contenta de que estés con nosotros, adorando esta mañana. ¿De dónde eres?

Desconcertada, dijo:

-Me llamo Joan, y vivo en un pueblo cercano.

Le sonreí, y volví nuevamente la mirada hacia el frente. Unos minutos más tarde, Joan me pasó una nota que decía:

-Gracias por notar mi presencia. Usted no sabe cuánto la ha usado Dios en este día. Entonces, antes de que el sermón comenzara siquiera, silenciosamente se levantó y salió por la puerta trasera de la iglesia. Para ese momento, yo ya estaba en total sintonía con la voz del Espíritu Santo, así que, de inmediato obedecí el impulso de seguirla. La detuve en el vestíbulo, antes de que tuviera tiempo de salir de la iglesia.

-¿Estás bien? -le pregunté.

Con lágrimas en los ojos, abrió su corazón y me dijo:

-He estado viendo una serie de evangelización de Doug Batchelor en la televisión, y Dios me ha convencido de que adore en sábado, su séptimo día. Él hoy me impulsó a venir a esta iglesia, a pesar de que ya he estado aquí antes. Pero nadie, ni una sola persona, notó que yo estaba aquí.

-Lo siento mucho -le dije.

-Hasta que usted me habló -siguió diciendo-, nadie me había dirigido una sola palabra hoy. Así que, supongo que por el desánimo, oré en silencio: “Señor, si quieres que asista a esta iglesia, por favor, dame una señal. Mueve a alguien para que me hable”.

Momentos antes de que Joan saliera de la iglesia para nunca más volver, ¡yo le hablé! Momentos antes de su separación absoluta de la congregación, ¡Dios me habló de ella! Las dos estábamos abrumadas.

-Alguien me está esperando en el automóvil -me dijo-. De no ser porque Dios contestó a mi oración a través de usted, ¡jamás habría regresado aquí!

Oré a Dios: “Gracias, Señor. Yo no tenía idea de que Joan, al igual que muchos otros, estaba desanimada buscando cristianos verdaderos con quienes compartir sus nuevas convicciones”. Hoy, por la gracia de Dios, Joan es un miembro activo y bautizado de nuestra iglesia.

Amiga, ¿estás escuchando la voz de Dios? Cada momento es valioso. No pierdas ninguno. Escucha su delicada y apacible voz, ¡obedece y déjate usar de manera poderosa!

Vonda Beerman

Radio Adventista

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