BERNABÉ, EL CONSOLADOR
“Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre” (Hechos 4:36).
Bernabé fue un hombre que aparece poco, pero influencia mucho. Sus marcas no quedan en su biografía, sino en la vida de otros y en la historia de la iglesia cristiana apostólica.
Como consolador, su objetivo era ayudar, defender, corregir, motivar a otras personas y hacer lo que era correcto. Sirvió sin recibir beneficios o recompensas; por eso, su ministerio reprodujo el de Jesús. El espíritu consolador de Bernabé se destacó en tres grandes actitudes.
Mano generosa. En Hechos 4:36 y 37, él es retratado vendiendo una propiedad y colocando todo el dinero a disposición de los apóstoles para ayudar a los necesitados. Bernabé no retuvo sus posesiones, no las escondió ni pensó en sí mismo. Su mano fue generosa para ayudar primero en las necesidades de la iglesia y de las personas.
Mente generosa. En Hechos 9:26 y 27, él ofrece su amistad y apoyo al recién convertido Saulo de Tarso. Todavía nuevo en la fe, Saulo intentaba integrarse con los discípulos, pero ellos estaban reticentes. Su historial de persecución era más fuerte que su testimonio de conversión. A pesar de esto, Bernabé confió en el novato. Su mente generosa lo capacitó para ver más lejos y aceptar lo que parecía inaceptable. Presentó a Pablo al ministerio y lo inició como misionero.
Corazón generoso. En Hechos 15:36 al 40, él se reveló como un líder paciente con el joven Juan Marcos. Se desentendió con Pablo, que no quería al muchacho en su segundo viaje misionero. Fue gracias al corazón generoso de Bernabé que Juan Marcos maduró. Años más tarde, el propio apóstol Pablo reconoció la importancia de Marcos en su ministerio (2 Tim. 4:11).
Personas como Bernabé son más felices y realizadas. Hay una serie de motivos para eso, pero Elena de White destaca la razón principal: “La búsqueda del bien de los demás es el camino por el que puede hallarse la verdadera felicidad” (Consejos sobre mayordomía cristiana, p. 28).
Existe mucha sabiduría en la frase: “La manera en que haces sentir a los otros dice mucho sobre ti”. Por eso, ofrece consolación y, en el crecimiento de las otras personas, tú tendrás tu propia realización.