HÉROES DE LA FE
“Y todos estos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido” (Hebreos 11:39).
Hebreos 11 es uno de los capítulos más emocionantes de la Biblia. En él, Dios recuerda la historia de sus héroes; hombres y mujeres que pasaron por esta Tierra sin quitar los ojos del Cielo.
Ellos fueron movidos por la fe. No tenían solo un sentimiento de confianza, sino un compromiso con pístis, palabra griega que significa tanto fe como fidelidad. Demostraron que la verdadera fe siempre se revela en profunda fidelidad.
La vida de estos héroes también nos es presentada como motivación para confirmar nuestra esperanza. Los últimos versículos de Hebreos 10 muestran la preocupación del apóstol Pablo por el debilitamiento de la confianza en el reencuentro con el Señor. Él usa expresiones como: “No perdáis, pues, vuestra confianza” (Heb. 10:35), “nosotros no somos de los que retroceden para perdición” (vers. 39), “el que ha de venir vendrá, y no tardará” (vers. 37); y entonces presenta cada uno de los testimonios de fe del capítulo 11. Muestra personas que comprometieron todo por esa esperanza. Entregaron familia, recursos financieros, imagen personal y arriesgaron la propia vida. Ellos sabían que “la fe viva se manifiesta en la exhibición de un espíritu de sacrificio y dedicación para con la causa de Dios” (El cuidado de Dios, p. 147).
Además de renovar la promesa final, el apóstol Pablo también rescata la confianza en el relato de la Creación original. Por ese motivo, comienza Hebreos 11 destacando: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Heb. 11:1). Sus palabras remiten a la Creación, que fue el único acto en este mundo en el que ningún ser humano estaba presente. Ella es la esencia y el verdadero principio de la fe. El apóstol, además confirma que el universo fue constituido “por la palabra de Dios” (Heb. 11:3), mostrando que la Creación es la base de toda la galería de los héroes de la fe.
Cada uno de estos héroes de la fe escribió una historia intensa con Dios, y fue recompensado. Sin embargo, todos ellos “murieron sin haber recibido lo prometido” (Heb. 11:13). Todo lo que el Señor hizo fue darles una pequeña muestra de la gran recompensa futura. En realidad, ellos buscaban una patria mejor, superior, preparada por Dios (ver Heb. 11:16). “Y todos estos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido” (Heb. 11:39), pero mantuvieron firme la esperanza.
Renueva tu confianza en el Señor, y cree que él cuidará de cada detalle en el presente y, además, preparará tu gran recompensa en el futuro.