MÁS ALLÁ DE LOS ESTIGMAS
“Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser” (Génesis 2:24, NVI).
El 17 de mayo de 1990, la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud votó eliminar la homosexualidad del listado de enfermedades psiquiátricas. En 1952, la Asociación Norteamericana de Psiquiatría la había incluido en su primer Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. En 1973, la retiró de su lista de trastornos mentales. En 1975, la Asociación Norteamericana de Psicología adoptó la misma posición, instando a todos los profesionales de la salud a “tomar la iniciativa de suprimir el estigma de enfermedad mental que ha sido asociado desde hace mucho tiempo con las orientaciones homosexuales”.
¿Cuál es la posición bíblica? La Iglesia Adventista del Séptimo Día reconoce que cada ser humano es valioso ante los ojos de Dios, y busca ministrar a toda la humanidad en el espíritu de Jesús. También creemos que, por la gracia de Dios y a través del estímulo de la comunidad de fe, una persona puede vivir en armonía con los principios divinos.
Creemos que la intimidad sexual es adecuada únicamente dentro de la relación conyugal heterosexual, como lo designó Dios en la Creación. Este modelo heterosexual es reafirmado en todas las Escrituras. La Biblia no consiente en actividades o relaciones homosexuales. Los actos sexuales fuera del matrimonio heterosexual son prohibidos (Lev. 18:5-23,26; Lev. 20:7-21; Rom. 1:24-27; 1 Cor. 6:9-11).
Jesús afirmó la dignidad de todos los seres humanos y, compasivamente, extendió su mano a aquellos que sufren las consecuencias del pecado. Ofreció un ministerio cariñoso y palabras de consuelo a quienes luchan, diferenciando su amor por los pecadores de sus claras enseñanzas sobre las prácticas pecaminosas. Como discípulos, nos esforzamos por seguir la instrucción y el ejemplo del Señor, viviendo una vida de fidelidad y compasión semejante a la suya.
Así como un alcohólico no deja de serlo incluso permaneciendo abstemio durante años, la atracción homosexual no es pecado en sí, sino que se condena la práctica homosexual. Así, el Espíritu Santo da poder para permanecer sexual- mente puro, de acuerdo con los principios bíblicos, aun cuando se sientan deseos homosexuales.
¡Hay poder en el evangelio para cambiar a las personas! Ya sea que tú mismo estés experimentando luchas en este sentido, o que conozcas a alguien que tiene esta inclinación, recordemos que Jesús tiene poder para cambiar a las personas y hacerlas felices.